Se celebraron los 75 años del Calvario de Tandil
Varias actividades en la parroquia para recordar la fecha
TANDIL.- Una amplia programación se desarrolló para celebrar los 75 años del Calvario, con buena respuesta del público.
Entre las actividades, se destacó una muestra fotográfica denominada “Mística popular en imágenes. El Calvario 75 años”. Además se pudo disfrutar del grupo Tinkunaco, en el templo parroquial y seguidamente se proyectó un video documento del Archivo General de la Nación.
Luego el periodista, escritor e historiador Daniel Eduardo Pérez se refirió a los 75 años del más emblemático de los espacios tandilenses, el Calvario. Más tarde se visitó la muestra fotográfica a cargo de los artistas Horacio Becchi, Adrián Botella, Graciela Brescia, José Luis Fonzo, Javier Piva Flos. Hoy lunes se podrá visitar la exposición de 10 a 12. La entrada es un bono contribución “Amigos del Museo Santísimo Sacramento” para el sostenimiento del mismo.
La conferencia
de Daniel Pérez
El ilustre sacerdote y obispo monseñor Fortunato J. Devoto (que también era astrónomo y llegó a dirigir el Observatorio de La Plata) fue quien concibió la idea de levantar en ese magnífico lugar, un monumento religioso de trascendencia nacional.
La antigua avenida Noroeste de Tandil (hoy España y continuación Monseñor De Andrea) se encuentra coronada en el extremo suroeste por un cerro que pertenecía a Pedro Redolatti, primo de mons. Devoto.
La visión de éste, que conocía detalladamente el “Monte”, “Cerro” o “Parque Redolatti” -como se le denominaba- lo impulsó a sugerir a su familiar la donación del lugar con el objeto mencionado, accediendo Redolatti, en octubre de 1940. Una vez obtenida la decisión, mons. Devoto lo ofreció a la Sociedad San José (de la que era Director Espiritual) para que fuera la que encarase la tarea de concretar la idea.
Era el 10 de enero de 1941 -Día de la Sagrada Familia- cuando se formalizaba la donación de las nueve hectáreas. En ese mismo año fallecía monseñor Devoto, no pudiendo ser testigo de los resultados de su inquietud.
Aceptada la donación, la presidenta de la Sociedad, doña Elisa Alvear de Bosch, tomó los contactos necesarios e inició las gestiones pertinentes para cristalizar la iniciativa.
La Sociedad, que no disponía de los fondos suficientes como para llevar adelante una obra de magnitud y que todavía no estaba definida a través de un proyecto, debió analizar sus características fundamentales, descartando la construcción de un templo, dado la cercanía de los ya existentes.
Expuesta la idea general, la señora Ernestina Llavallol de Acosta, efectuó la primera donación en nombre de su madre Doña Ernestina Ortiz Basualdo de Llavallol, ex presidenta de la Sociedad.
Aquellos $15.000 moneda nacional, serían la base de la obra, que en abril de 1941 vio delineado su futuro al proponer la Sra. Elisa Bosch Alvear, marquesa de Kerhué y fina artista, que se levantara allí un Calvario, aprovechando la similitud extraordinaria del Monte con el Gólgota.
Aprobada la propuesta en junio de ese año, el Dr. Exequiel Bustillo, a la sazón presidente de la Comisión de Parques Nacionales, donó la madera para la gran cruz que coronaría el conjunto, de coihue o de alerce -según los cronistas de la época- y de 17 m de altura.