Se cumplieron 19 años del crimen de Alfredo Marcenac
Ocurrió el 6 de julio de 2006 en el barrio porteño de Belgrano
Este fin de semana se cumplieron 19 años del crimen de un adolescente necochense que ha tenido un gran impacto a nivel nacional. El 6 de julio de 2006 Alfredo Marcenac caminaba junto a dos amigos cuando fue alcanzado por una ráfaga de disparos indiscriminados.
Martín Ríos, tristemente conocido como "el tirador de Belgrano", desató el horror en la vía pública. Alfredo fue impactado por tres proyectiles, muriendo en el acto, mientras otras seis personas resultaron heridas en el caótico ataque.
Lo más escalofriante de aquel día no fue solo la brutalidad del ataque, sino la alarmante cadena de negligencias que lo precedieron. Ríos utilizó una pistola calibre.380, un arma que, paradójicamente, estaba autorizada por el Estado.
Pero la historia de violencia de Ríos no era nueva. Había perpetrado al menos tres ataques previos en la misma zona de Belgrano.
El tirador
El 6 de julio del año 2006, alrededor de las 16.45, Martín Ríos caminaba por la vereda par de la avenida Cabildo al 1700 y con una pistola Bersa Thunder 380 efectuó 13 balazos hacia los ocasionales transeúntes.
El necochense Alfredo Marcenac, de 18 años, murió alcanzado por tres de esas balas que impactaron en su cráneo, tórax y abdomen, mientras que otras seis personas fueron heridas.
Ríos huyó caminando y recién fue detenido ocho días más tarde por la policía bonaerense pero de casualidad, cuando se puso a orinar junto al auto de su madre en la localidad de Munro y, al ser requisado, le encontraron la pistola 380.
Las pericias balísticas confirmaron que con esa arma no sólo había sido el autor del crimen de Marcenac, sino también de otros tres ataques a balazos: a un colectivo con dos heridos, a una confitería con una adolescente baleada y a un tren en movimiento.
Todos los hechos ocurrieron en el barrio de Belgrano, donde Ríos tenía domicilio en un edificio de Crámer 2171.
La jueza de instrucción María Fontbona de Pombo llegó a procesar a Ríos con la figura del “homicidio agravado por placer”, pero el “tirador serial” fue sometido a varias juntas médicas y pericias psiquiátricas y psicológicas que en su mayoría concluyeron que era un enfermo esquizofrénico.
Allí se pudo establecer que había empezado a drogarse a los 13 años, que tuvo internaciones psiquiátricas que su familia no continuó, que no había terminado la secundaria, que se orinó en la cama hasta los 18 años, que criaba reptiles, que tenía conductas bizarras como gruñir o defecar en botellas de plástico y que su padre lo introdujo en la práctica de tiro.
Hubo dos juicios orales, uno en 2009 y otro en 2014, y en ambos se llegó a la misma conclusión: Ríos es un psicótico que no comprendió la criminalidad de sus actos ni dirigió sus acciones y, por lo tanto, fue declarado inimputable, absuelto y recluido en un psiquiátrico por ser peligroso para sí y para terceros.
En la actualidad, Ríos permanece alojado en el sector del Programa Interministerial de Salud Mental Argentina (Prisma) que funciona en el penal de Ezeiza.
Uno de los peritos declaró que Ríos “no distingue entre estar jugando con una PlayStation tirándole a los pajaritos y estar en la calle matando gente”.
Legado
Desde Necochea, la familia de Alfredo, Mónica Bouyssede y el recordado Adrián Marcenac –fallecido en diciembre de 2024–, transformaron su "inconmensurable dolor" en una "lucha colectiva".
Su activismo incansable, que nació y se nutrió en nuestra ciudad, fue fundamental para impulsar políticas públicas de control de armas a nivel nacional, como el Plan de Desarme y la creación de la ANMaC.
A 19 años de la partida de Alfredo, su memoria sigue siendo un faro en Necochea. La Asociación Civil Alfredo Marcenac continúa su labor: trabaja en educación para la paz, desarme y abordaje de conflictos, con iniciativas como la Cátedra Abierta "Alfredo Marcenac" en la UNICEN de Quequén.
Para comentar, debés estar registradoPor favor, iniciá sesión