Se cumplió un mes de una seguidilla de hechos de extrema violencia
Entre el 27 y el 31 de octubre se registraron dos homicidios y una tentativa
Se cumplió un mes de una de las semanas más violentas de las que se tenga memoria en la crónica policial de la región. Dos homicidios y un hombre internado con varias heridas de arma blanca provocadas por su propia pareja fue el saldo de tres hechos ocurridos, en pocos días, entre domingo 27 de octubre y el jueves 31 de ese mismo mes.
Por los hechos hay dos hombres detenidos, mientras que otro que fue víctima del ataque a puñaladas tiene restricción de acercamiento a su propio domicilio.
La seguidilla de hechos comenzó el domingo 27 de octubre, el día de las elecciones generales, cuando durante una discusión familiar, un hombre apuñaló a su hijastro y este se defendió y le aplicó una herida que poco después causó su deceso.
Ricardo Omar Cordero tenía 49 años y recibió una puñalada en el pecho tras herir a su hijastro Agustín Nicolás Rojas, de 20.
El violento incidente se produjo horas después del cierre de las elecciones del domingo 27, en una vivienda de la calle 61 entre 94 y 96.
Rojas habría intervenido para defender a su madre y se produjo la pelea que dejó a ambos hombres heridos, se cree que con el mismo cuchillo.
Mientras que el mayor murió antes de llegar al hospital, el más joven estuvo grave varios días como consecuencia de las heridas y quedó detenido en el mismo nosocomio acusado de homicidio simple.
Lo quiso asustar
Entre la noche del lunes 21 y la madrugada del martes 29 de octubre, sólo un día después de la muerte de Cordero, se produjo otro homicidio. La víctima fue Emmanuel Marcos Yasevali, de 34 años, que fue ingresado al Hospital Municipal “Dr. Emilio Ferreyra”, pero falleció.
Por el crimen está imputado Roberto Muñoz, con quien Yasevali tenía una relación de amistad hasta poco tiempo antes. Según fuentes cercanas a la investigación, Muñoz habría intentado intimidar a la víctima por algún problema personal y por ello le efectuó un disparo en una pierna.
El irracional ataque se produjo en el sector de Sotavento, donde dos hombres jóvenes se encontraron alrededor de la medianoche del lunes.
La víctima, herida, logró mandar un mensaje por Whatsapp a su ex pareja y no sólo le pidió ayuda, también dio el nombre de quien lo agredió.
El disparo dañó la arteria femoral y provocó que Yasevali comenzara a perder mucha sangre.
Mientras Yasevali aún luchaba por su vida, personal de la Dirección Departamental de Investigaciones comenzó a realizar indagaciones para ubicar al supuesto agresor.
Fue así que los policías llegaron hasta un domicilio de la calle 67 bis al 4000, donde se creía que se podría encontrar el sospechoso.
Mientras esto ocurría, se recibió la notificación de que la víctima había dejado de existir, por lo que con autorización del Juzgado de Garantías de turno, la Unidad Funcional de Instrucción Nº 2 decidió allanar el lugar en busca de Muñoz.
El sospechoso fue aprehendido y, de acuerdo a fuentes extraoficiales, se sorprendió de que se lo vinculara al delito de homicidio, ya que desconocía la muerte de Yasevali.
Reacción violenta
El jueves 31 de octubre, se produjo otro hecho de extrema violencia, esta vez en Lobería, donde un hombre sufrió dos heridas de arma blanca de parte de su propia pareja.
El incidente se produjo durante una discusión entre la víctima y la agresora por cuestiones propias de la convivencia.
El herido terminó en el Hospital Municipal “Gaspar M. Campos” de Lobería, donde debió ser sometido a una intervención quirúrgica.
Si bien no existirían antecedentes de violencia en la pareja, algunos reproches por cuestiones económicas y personales habrían llevado a la pareja a discutir y a la mujer a tomar un cuchillo y aplicarle dos puntazos al hombre.
Según trascendió, al ver al hombre sangrando la mujer se habría desmayado, mientras que el herido salió de la casa y fue pedirle ayuda a un vecino.
Días después, cuando le dieron el alta en el hospital, la Justicia decidió aplicarle a la víctima una restricción de acercamiento a su propio domicilio a fin de evitar un nuevo incidente con su esposa, que fue autorizada a quedarse en la casa para cuidar a los hijos de ambos.