Se siente un privilegiado entre libros y lectores
Sebastián Albizuri es bibliotecario y profesor de literatura de nivel secundario
“Uno se siente un privilegiado”, no duda en afirmar Sebastián Albizuri al referirse a la labor que desarrolla en el Centro Cultural Necochea y Biblioteca Popular “Andrés Ferreyra”.
Es uno de los dos bibliotecarios con que cuenta la institución, que preside actualmente Cristina Azcueta y tiene como director a Alberto Franco.
Entrevistado en el programa “El Ciudadano”, que puede verse en Youtube, Albizuri no dudó en manifestar su satisfacción por el lugar que ocupa laboralmente, tanto en el ámbito de la biblioteca en el trato diario con los lectores, como en establecimientos educacionales enseñando literatura.
“Somos muy pocos los bibliotecarios que podemos ejercer nuestra profesión en bibliotecas populares en Necochea y la región, de modo que ser parte de ese grupo casi selecto resulta muy satisfactorio. Además, haciéndolo en esta institución histórica, tan característica de la ciudad. “Me siento totalmente afortunado, muy feliz”, expresó.
Su tarea como docente, para él, también “tiene sus gratificaciones”, sobre todo en “el encuentro con los chicos, tratar de motivarlos”, para que se relacionen con la literatura, accedan al conocimiento y adquieran contacto con la cultura, lo cual reconoce que “es una lucha”. Pero sostuvo que “esa lucha, a su vez, es lo que lo vuelve tan interesante”.
- Se suele repetir que cada vez se lee menos. ¿Es así realmente?
- Diría que no. Es una opinión personal. Creo que leemos, leemos mucho. El tema es qué leemos y qué nivel de crítica tenemos hacia eso que leemos. Tal vez lo que se ha perdido es el nivel de crítica. Entonces, compramos lo que nos venden, sin ponerlo a revisar.
- Teniendo en cuenta que hoy tiene gran vigencia la virtualidad, al tiempo que se siguen leyendo publicaciones gráficas. ¿Cuál crees que es la tendencia?
- Durante la carrera de bibliotecario discutimos mucho esto. La tarea del bibliotecario, simplemente, es promover o proveer el acceso a la información, sin importar el formato. Mucha gente viene pidiendo libros o información que no tenemos, entonces se le facilita esa información a través de Internet. Muchas veces hacemos un trabajo muy dinámico.
Recuerdo que ha venido gente a buscar noticias del archivo de “Ecos Diarios” que tenemos, pero sin saber la fecha de referencia. En esos casos hacemos una búsqueda en Internet tratando de buscar una fecha, y de ahí se pasa al archivo.
Yo creo que los soportes son herramientas que no son contradictorias, ni incompatibles.

Los lectores
- ¿Cuál es el lector medio, el que asiste con cierta asiduidad a retirar libros?
- Como lector medio predominante, te diría mujeres adultas mayores. También tenemos muchos niños lectores, que se entusiasman mucho y vienen una vez por semana. Tenemos esos dos extremos en cuanto a edades.
Estamos siempre en una lucha para atraer a ese público que es más difícil, que es el adolescente. Para el adolescente hemos tenido que trabajar y estamos siempre tratando de ver qué es lo que se está publicando. Lo que tiene la edición de libros para adolescentes es que es una vorágine. Todo el tiempo están publicando cosas nuevas. Es muy cambiante. Y todo es muy consumista. La publicación se hace serie y se pone de moda, entonces se produce una retroalimentación. Hay que estar al día. Piden libros que a veces uno no conoce.
- ¿La otra franja etárea es más estable o predecible en sus lecturas?
- No son tan exigentes. Buscan un rango mayor de autores. Se les da opciones y eligen. El adolescente viene y te pide: quiero “Heartstopper”, que es una saga que salió hace un tiempo. Y si no la tenés, se va y no podés retenerlo.
Una de las cosas que estamos trabajando, que nos ha funcionado mucho son los manga, estas historietas japonesas que se adaptan a lo que es el animé. Tiene como característica que se leen de atrás para adelante. Eso atrae a muchísimos adolescentes. Hace dos o tres años que experimentamos tener una selección seria de manga. Y hemos tenido gente que se ha hecho socia sólo por los manga. Lo que tiene eso es que es como una trampa: empiezan con esas historietas y después se van enganchando con otras cosas.
- ¿Para poder satisfacer la demanda, la biblioteca cuenta con material suficiente?
- Si. La verdad es que los precios de los libros no bajan de $30.000, pero tratamos de tener una colección actualizada, teniendo en cuenta las necesidades de los socios. Por suerte continua vigente el subsidio a través del Programa Libro %, que otorga la Conabip (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares): Viajamos para ir a la Feria del Libro, donde compramos a un precio del 50% y llevamos dinero exclusivamente para la compra de libros.
Eso permite mantener una colección actualizada. Ha sido una lucha, el año pasado y éste, para que ese programa se mantenga.
Promoción de la lectura
- Te hemos visto en breves videos, donde brindás detalles y explicás el contenido de libros que hay en la biblioteca, algo que seguramente no te enseñaron al cursar la carrera…
- Lo que nos han enseñado es la promoción de la lectura. Y para eso uno tiene que estar actualizado también en estos formatos Yo soy una persona grande, tengo casi 40 años, se me hace un poco ajeno tratar de hacer un video que sea interesante, divertido, corto y que genere interés en leer un libro..
- Pero esos videos breves, a través de las redes sociales, pueden tener ese efecto…
- La verdad es que todo lo que ha sido promoción de la lectura, acá, funciona un montón. Desde esos videos que a veces la gente comenta o pide los libros, hasta mostrarlos a esos libros. Hasta hace un tiempo teníamos un muestra de best sellers por año. Alberto Franco (director del CCN/BPAF) la había denominado “No es sólo un amor de verano”, en alusión a los libros que leemos en la playa. Entonces, teníamos los más leídos desde 1980 hasta 2024. Los expusimos sobre una mesa y la gente se los llevaba, aunque no fueran libros muy leídos en la actualidad. “Tiburón”, por ejemplo, así como “Aeropuerto” o “Papillón”.
- ¿Hay demanda de literatura de autores nacionales?
- Ultimamente hay un boom de autoras mujeres: Marina Enríquez, Selva Almada, Samanta Schweblin, entre otras, que han sido traducidas a otros idiomas. Son extremadamente famosas, con estilos muy particulares, pero son muy atractivas para su lectura. Viene mucha gente joven y no tan joven a buscar esos libros.
- ¿La persona que se asocia a la biblioteca, a qué servicios tiene acceso a través de la cuota mensual?
- La mayoría de los servicios que brindamos son gratuitos. Pueden venir a leer, a usar el WiFi, sin abonar dinero. Al socio, lo que se le permite es llevarse dos libros a la casa por 15 días, que pueden ser renovados. Lo que posibilita el socio es la subsistencia de la biblioteca.
Aquí también se halla el Museo Municipal de Arte Grabado (primero que se hizo en Argentina). Además del Museo Bellocq, muestras itinerantes, de modo que la actividad es intensa. Incluso durante este verano, con espectáculos enviados por la Provincia, entre los que tuvimos a Pedro Saborido en dos ocasiones.
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