En los últimos días una noticia sacudió la habitual monotonía con la cual se desarrolla la vida de los lobos marinos que conforman la colonia de estos mamíferos en el sector de la escollera sur y aledaños.
Con la rápida propagación que tienen los virus y de lo cual tenemos una terrible experiencia con el Covid, esta vez decenas de lobos han sido vulnerables a la Influenza aviar, que en cuestión de horas terminó con la vida de unos 60 ejemplares, tras penosas agonías.

La situación, que disparó la alarma en virtud de que se trata de un potente virus que también puede repercutir en el ser humano, aunque en forma leve, tuvo sus primeros contagios y muertes en aguas del Sur, para en pocos días llegar e infectar a lobos y aves en nuestra costa y la de Mar del Plata.

Rápidamente tomó intervención personal local del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), que realizó hisopados a animales muertos, comprobándose a las 48 horas la positividad de las muestras.

A su vez se conformó un comité de crisis, con integrantes de las áreas de Salud y Defensa Civil del municipio y de Prefectura Naval Argentina, que determinó desde el martes pasado el cierre de la circulación por la escollera, de manera de evitar el contacto con los animales infectados.

Como siempre, y en el marco de los infundados comentarios que suelen surgir cuando se desconoce de un tema específico e igual se opina, durante las recientes jornadas han aparecido elucubraciones de todo tipo en torno a la numerosa muerte de lobos marinos, que han sido enterrados en fosas comunes en la misma playa, a varios metros de profundidad y con el debido tratamiento.

Entre esas apreciaciones se ha hablado, por caso, de que la gripe aviar también puede afectar a los peces, lo cual no es cierto y que conllevó inquietud teniendo en cuenta el consumo de pescado por parte de la población.

Asimismo, se ha escuchado la versión de que si el número de lobos crece en forma exponencial se podría llevar a cabo un sacrificio masivo de integrantes de la lobería de la escollera, para evitar un daño imprevisible. Algo que por ahora no aparece en el cálculo de los que realmente saben, es decir los profesionales del Senasa. Y en ese marco debe existir calma en la gente y acatar lo que los expertos aconsejan: en primer tiempo evitar acercarse a los animales fallecidos o moribundos.///

Una iniciativa de los chicos 

La Asociación Yipuy puso en marcha su proyecto para construir un skatepark en el sector de 76 y 37, por iniciativa de un grupo de jóvenes que pidieron una pista en el barrio. 

A partir de la demanda, la entidad se presentó en el concurso “Decisión Niñez”, a través del cual consiguieron el financiamiento para concretar la obra. “Decisión Niñez” es una herramienta del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad y el Organismo de la Niñez y Adolescencia de la Provincia para destinar un presupuesto para que chicos y chicas de una determinada institución o barrio elijan en qué invertirlo.

Los jóvenes representados por la Asociación Yipuy decidieron un skatepark y lograron el apoyo. En total, recibieron 400.000 pesos que utilizarán para hacer, por lo menos, la primera etapa de la obra. En este punto, hay que tener en cuenta que la inflación de las últimas semanas, complicó un poco más los planes. De todas maneras, en breve iniciarán los primeros trabajos. 

Resulta más que interesante que los mismos chicos del barrio puedan planificar y trabajar en algo que tenga que ver con ellos, sus gustos, intereses y que, a su vez, le dé identidad a su barrio. 

Las intervenciones de este tipo han sido muy positivas en todos los sectores que se han instalado. Villa del Deportista es un ejemplo de ello, donde un bowl convoca a decenas de jóvenes todos los fines de semana. En Bahía de los Vientos se está haciendo una pista para varios deportes sobre ruedas, un pump track, también por iniciativa de los vecinos, que promete convertirse en un gran atractivo para el sector. 

Ojalá también Yipuy pueda concretar su skatepark para los chicos, donde puedan practicar destrezas, hacer actividad física y además trabajar para su concreción, sabiendo de antemano que fue algo que salió del corazón del mismo barrio.

La asociación Yipuy es una entidad que se creó con el objetivo de acompañar a madres adolescentes durante el embarazo y durante los primeros meses de cuidados de los bebés. Sin embargo, con los años pudieron diversificar los talleres para las jóvenes, ayudarlas a que terminen la escuela, se capaciten y hasta abrir un jardín maternal para los niños pequeños. 

De todas maneras, la entidad no deja de estar atenta a todas las demandas del barrio y, por eso, ahora también está acompañando a un grupo de jóvenes para que puedan concretar su proyecto.///