Serrat, Julio Iglesias, Gloria Gaynor, Soda Stéreo y sus recordados recitales en Necochea
Diversos “accidentes” y anécdotas rodearon las presentaciones de estas figuras de la música mundial de todos los tiempos
RAÚL JÁUREGUI
Redacción
¿Qué tuvieron de particular las presentaciones de los consagrados Joan Manuel Serrat, Julio Iglesias, Gloria Gaynor y Soda Stéreo en Necochea?
El recuerdo de tamañas actuaciones, la mayoría de ellas “accidentadas” y llenas de anécdotas, formaron parte de la columna basada en el Archivo de Ecos Diarios, que se desarrolla los miércoles en el programa “Desde Temprano”, por Ecos Radio 97.9.
En principio se hizo referencia a uno de los primeros acontecimientos a nivel internacional en Necochea, que se produjo en el verano del año 1971 cuando el catalán Joan Manuel Serrat, por entonces de jóvenes 28 años de edad, se presentaba en la confitería bailable Rimini, de los hermanos Di Salvo, en calle 81 entre 4 y 6.
El pelilargo “Nano” había lanzado ese año su disco “Mediterráneo”, con temas que se transformarían en clásicos de su carrera, como el del mismo nombre, “Aquellas pequeñas cosas”; “Lucía” y “Qué va a ser de ti”, entre otros.
Serrat llegaba de la mano de productor artístico Oscar Capalbo, que se había radicado en nuestra ciudad y era hermano de Alfredo, representante de Joan Manuel en la Argentina y que pocos años después traería a Queen a nuestro país.
El cantante, con su estampa de siempre y su rico repertorio, llenaba Rimini y se iba ovacionado.
Llovizna y un molesto circo
La segunda presentación del “Nano” Serrat fue en un mes de enero a principios de los 90, en este caso en la vieja cancha de Gimnasia y Esgrima, en 62 y avenida 75, en una noche con varios bemoles.
En principio una persistente llovizna, en la peor noche de ese verano, hizo que no concurriera la cantidad de espectadores que siempre atrajo el trovador catalán, y para colmo en el terreno contiguo había un circo, con una estruendosa función al mismo tiempo que actuaba Serrat, quien en un momento, con su clásica simpatía y cierta ironía, dejó de cantar momentáneamente y dijo: “Escuchemos a los payasos del circo…” que estaban en pleno show.
Con su talento e imán con el público, el “Nano” igualmente deleitó a la gente con sus canciones y poco más de mil personas soportaron “todo” para aplaudirlo de pie.
Julio Iglesias y un golpazo en la cabeza
En la continuidad del espacio en “Desde Temprano” se hizo foco en otra historia, recordando cuando también de la mano de los Capalbo, otra leyenda de España como Julio Iglesias actuaría por única vez en Necochea, en este caso el gimnasio del Colegio Capuchinos, en febrero de 1980. Tenía por entonces 37 años y estaba en pleno ascenso de su carrera, aunque esa noche tendría sus anormalidades, ya que por entonces la avenida 58 en cercanías del colegio aún no estaba asfaltada y había altos pastizales en la parte central. Cuenta la leyenda que ante ello, el ya más que popular Julio dijo al llegar: “¿Me trajeron a cantar al campo?”
Para Iglesias, la noche se volvería un poco más negra aun, cuando al salir a cantar se daba un fuerte golpe en la cabeza, al chocar la misma con una viga del techo del improvisado escenario del gimnasio que daba espaldas a la iglesia. Nadie había tenido en cuenta su estatura de 1, 85 metros.
Su enojo era enorme, pero pese a todo el exitoso cantante se esforzó y brindó un buen show.
En una nota concedida años atrás a Ecos Diarios, Oscar y Silvia Capalbo, hijos del productor de espectáculos calificaron a Julio Iglesias como “muy simpático y muy cordial con todos”, a la vez que sobre aquél recital en Capuchinos apuntaron: “Lamentablemente fue en un estadio que se escuchaba pésimo el sonido y mucha gente se fue enojada”.
La fallida noche de Gloria Gaynor
Dos años antes de la incursión de Julio Iglesias, otro show de enorme nivel tendría lugar en Necochea: la presentación en la confitería bailable Jet, en 2 y 85, de la cantante estadounidense y una de las estrellas de la música disco, Gloria Gaynor, en su mejor momento.
La apuesta de traerla a nuestra ciudad en ese enero de 1978 fue de los recordados locutores y periodistas de LU 13 Radio Necochea, Jorge Mondi y Raúl “Negro” Olivera, que actuaron como coproductores. Pero sería un muy mal negocio para ellos.
Sucede que la notable carismática cantante de ese himno musical que es “Sobreviviré” cobraba una buena cantidad de dólares para presentarse y con una floja propaganda y el alto costo de las entradas haría que muy poca gente asistiera a verla en Jet.
Mucha gente escuchó desde la avenida 2, sin pagar entrada, el recital de Gaynor, que duró poco más de media hora nada más. Todo un desperdicio.
Soda Stéreo desapercibido
La columna musical de archivo, matizada con otros testimonios recogidos, se cerró con dos curiosas presentaciones en Necochea de la que muchos consideran la mejor banda argentina de todos los tiempos: Soda Stéreo.
La primera de ellas ocurrió en enero de 1985 en el Gigante del Club Huracán, que quedó muy gigante para el escaso público que extrañamente concurrió: no más de 300 personas.
¿Las explicaciones? La banda integrada por Gustavo Ceratti, Zeta Bossio y “Charly” Alberti apenas tenía tres años, y su primer recital oficial había sido en julio de 1983.
Con sus cortes de pelo raros para la época y ante una sociedad no tan abierta, los Soda llegaron a Necochea para presentar el segundo álbum de su historia y recién editado: “Nada Personal”.
Revancha en el 89
El 20 enero de 1989 Soda Stéreo volvería Necochea totalmente consagrado y en plena gira de su álbum “Signos”, con organización de LU 13 Radio Necochea y el lugar elegido fue el SUM del colegio Capuchinos.
Esa noche no cabía un alfiler en el gimnasio, a punto tal que ante el enorme calor se arrojaba agua para refrescar a los más afectados.
Casi en paralelo con el hit de moda de Soda en ese momento: “En la ciudad de la furia”, lamentablemente muchos de los que concurrieron recuerdan que fue un caos el entorno del recital, con un sonido con fallas, ingresando gente que no había pagado la entrada y quedando afuera otra que sí. Y aun así y ciertamente malhumorada con tantos inconvenientes la banda la rompió.
La columna completa se puede escuchar en el Spotify de Ecos Radio.
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