Sigue el misterio de una muerte tras dos décadas de silencio
Hace 26 años, el 18 de julio de 1997 un hombre apareció muerto en la costa
Días atrás se cumplieron 26 años de un macabro hallazgo en la costa local. El cuerpo de Raúl José Alonso, de 62 años, fue encontrado entre los médanos y los tamariscos de la avenida 2 y la calle 69, el 18 de julio de 1997. Nunca se pudo identificar al autor del crimen.
Alonso estaba internado en el Hogar de Ancianos “Dr. Alejandro Raimondi” hacía un mes cuando fue asesinado.
Era muy conocido en nuestro medio porque junto a su hermano Héctor, fue propietario de la boutique The Youngs Store, que tenía locales en Mar del Plata y en nuestra ciudad.
Su comercio fue líder, en la década de los 70, en venta de ropa pret a porter.
Después Alonso se radicó en Mar del Plata, trabajando en el Shopping de tienda Los Gallegos, hasta que regresó a la ciudad.
Hacía un mes que se había internado en el Hogar Raimondi cuando desapareció. Las autoridades del hogar realizaron la denuncia.
El cuerpo de Alonso, de 62 años, fue encontrado dos días después entre las dunas. Tenía ocho puñaladas en la espalda y cuatro en el pecho.
Las primeras pesquisas se orientaron hacia el lugar de residencia de Alonso, ya que ocho meses antes se había registrado un crimen de características similares. En esa ocasión, en octubre de 1996, la víctima fue Horacio Ibarra.
El cuerpo de Alonso fue encontrado a 70 metros de donde fue hallado el de Ibarra.
Luego los investigadores comenzaron a investigar el entorno de Alonso y surgieron al menos dos sospechosos. Sin embargo, el tiempo pasó y no se puso avanzar en la investigación.
Sin pistas
Meses después del crimen de Alonso, se realizó un juicio por el homicidio de Ibarra que terminó de desorientar a los investigadores.
Por ese hecho había sido apresado e imputado un hombre de apellido Juárez, que permaneció largo tiempo en la cárcel sin sentencia e incluso intentó quitarse la vida durante su detención.
Si bien la Fiscalía consideraba que la autoría del hecho estaba probada y pidió que se lo condenara a 9 años de prisión, finalmente Juárez fue absuelto por falta de pruebas.
El final del juicio y la imposibilidad de determinar la identidad del asesino de Ibarra hizo pensar que podía existir un criminal suelto y que podría ser el autor de ambos homicidios.
Ambos hombres fueron acribillados a puñaladas. Cada uno recibió 12 puñaladas, lo que muestra el nivel de ensañamiento del asesino.
En el caso de Alonso incluso la autopsia reveló que la primera puñalada que recibió el hombre fue fatal, lo que indicaba que las otras once fueron innecesarias, lo que ponían de relieve un ensañamiento irracional.
Tras la puñalada fatal, recibió otras tres en el pecho y habría caído al piso. Pero no conforme con ello, el asesino aún le aplicó otras ocho heridas en la espalda.///