Sin datos, no puede haber planificación
La falta de un plan para la ciudad es algo que reclaman comerciantes, empresarios y políticos. Hoy, con estadísticas oficiales que se remontan a 2010, parece imposible desarrollar ideas que permitan solucionar los problemas reales de la población
“Falta planificación”. Lo repiten comerciantes, empresarios, políticos y cualquier ciudadano que ve cómo crecen otras ciudades de la región mientras Necochea permanece estancada y se desarrolla a tropezones, más por el empuje de sus propios habitantes que por la existencia de un objetivo.
Si bien la mayoría parece coincidir en la falta de planificación que aqueja al distrito desde sus orígenes, no menos cierto es que en este 2021 sería casi imposible empezar a planificar algo por una cuestión indiscutible: faltan datos.
No se sabe con precisión cuántos habitantes tiene el distrito, no hay datos sobre el alcance del desempleo, sobre la dimensión real de la pobreza ni de la cantidad de niños y adolescentes que han quedado excluidos del sistema educativo durante la pandemia.
No existen precisiones sobre el déficit habitacional, cuánta gente vive en propiedades alquiladas, cuántos comercios se encuentran habilitados ni cuantos cerraron sus puertas durante la cuarentena.
Si bien hoy cada habitante del distrito parece estar monitorizado por organismos provinciales y nacionales con el fin de otorgar subsidios, bonos, pensiones y “ayuda social”, pocos de esos datos parecen estar al alcance de las autoridades locales.
Un reflejo de esa falta de información es la sorpresa de muchos precandidatos que han salido a caminar por los barrios en busca de votos y se han encontrado con realidades que no parecen propias de esta ciudad.
Los últimos datos de acceso público son los del censo de 2010. De ello han pasado 11 años y desde entonces la urbanización de distintos barrios ha sido más que notable.
El censo que debía realizarse en 2020 y se postergó debido a la pandemia tampoco se realizará este año y hace unos días se dio a conocer la nueva fecha: recién comenzará en marzo de 2022.
Un censo diferente
El pasado miércoles 18 se constituyó el Comité Operativo Censal del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas de la Argentina, de acuerdo a lo establecido por el Decreto 726/2020.
Al realizar la presentación técnica, el director del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), Marco Lavagna, detalló cómo se diseñó el operativo.
Al respecto, precisó que por primera vez en la historia del país se realizará un «censo de derecho», en el que las personas serán contabilizadas en el lugar que residen la mayor parte del tiempo durante la semana.
De acuerdo al área de prensa del INDEC, la de “censo de derecho” es la definición más utilizada globalmente debido a la oportunidad que ofrece de integrar la variable de residencia habitual en la vivienda para las encuestas a hogares.
Pero más allá de las definiciones, lo inusual de la encuesta nacional de hogares de 2022 es que se desarrollará en dos etapas: la primera se extenderá del 16 de marzo al 18 de mayo de 2022 a través de lo que se ha denominado “e-Censo”.
Esta modalidad permitirá a la población que lo prefiera la posibilidad de responder el cuestionario censal desde cualquier dispositivo de manera fácil y segura, en lugar de la tradicional entrevista del día del censo. Una vez completado el cuestionario digital, se entregará el comprobante de realización del e-Censo con un código alfanumérico.
La segunda etapa del relevamiento se llevará a cabo el miércoles 18 de mayo de 2022, en la que se hará el tradicional operativo presencial de barrido en todo el territorio nacional.
En esta fecha, la persona acreditada que visite el domicilio de quienes realizaron el e-Censo sólo solicitará el comprobante de finalización, mientras que realizará la entrevista de 56 preguntas a los integrantes de la vivienda que no hayan elegido enumerarse en la modalidad en línea.
Desde el organismo se ha subrayado que “se incorpora por primera vez la posibilidad de responder sobre el autorreconocimiento étnico (pueblos indígenas y afrodescendientes) y de autopercepción de identidad de género, entre los principales temas”.
Es obvio que estos datos no aportarán para mejorar las condiciones sociales de las personas y que hacen más a la diferenciación o autodiscriminación, pero indudablemente son parte de los lineamientos supuestamente ideológicos del gobierno nacional.
¿Los datos son útiles?
Según datos del Indec, en 2010 Necochea tenía 92.933 habitantes. Pero según el documento “Estimaciones de población por sexo, departamento y año calendario 2010-2025” del mismo organismo, el número de habitantes registrados en el distrito en el último censo era de 93.730.
Según las proyecciones de ese mismo documento, se estimaba que en 2020 los habitantes del distrito deberían ser 95.955.
Si bien parecen simples números, las estadísticas son fundamentales para la planificación. “El Censo nos dirá lo que somos y lo que podemos ser; revelará con guarismos aptitudes y deficiencias, causas y efectos, factores positivos y negativos de interés general; y nos señalará el mejor camino para proseguir con éxito la evolución incesante en todos los órdenes de la vida”.
La frase pertenece a José Figueroa Alcorta, ex presidente argentino, en referencia al tercer Censo Nacional, que se realizó en el país en 1914.
En medio de la explosión de la ciencia de datos, las palabras de Figueroa Alcorta resuenan como las de un gran visionario. Sin embargo, muchos ciudadanos, incluso algunos que tienen poder de decisión para efectuar grandes cambios, aún desconocen el valor de los datos.
Según un artículo de las Organización de Naciones Unidas (ONU), los datos son esenciales para tomar decisiones y la materia prima para exigir responsabilidades.
Hoy en día, en el sector privado, el análisis de macrodatos —datos demasiado grandes y complejos para ser tratados sin un software— es habitual, lo que permite al sector comercial crear perfiles de clientes, servicios personalizados y análisis de previsiones, que después son usados para optimizar las ventas.
Técnicas similares podrían adoptarse para conseguir en tiempo real un nuevo conocimiento sobre el bienestar de las personas, así como para ayudar mejor a los grupos más vulnerables.
Si se usan responsablemente, estas nuevas tecnologías, datos y análisis, pueden mejorar el control del progreso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y conseguir que estos sean al mismo tiempo inclusivos y justos.
En otras palabras, el uso de datos, como los que se obtendrán en el próximo censo nacional, podrían servir para planificar políticas públicas que realmente atiendan a las necesidades de los ciudadanos de un distrito como el de Necochea, que hace años parece desconocer cuál es su realidad y el mejor rumbo a seguir.
Big data y gobierno
La ciencia de datos y la analítica web pueden contribuir al desarrollo sostenible de la sociedad. La siguiente es parte de la lista de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y cómo el uso de datos podría ayudar a cumplirlos.
Fin de la pobreza
Las tendencias de gasto en los servicios de telefonía móvil pueden proporcionar indicadores indirectos de los niveles de ingresos.
Hambre cero
El crowdsourcing o seguimiento de los precios de los alimentos en Internet puede ayudar a controlar la seguridad alimentaria casi en tiempo real.
Salud y bienestar
Rastrear el movimiento de los usuarios de teléfonos móviles puede ayudar a predecir la propagación de enfermedades infecciosas.
Educación de calidad
Las denuncias de ciudadanos pueden descubrir las razones de las tasas del abandono escolar.
Energía accesible y no contaminante
Los contadores inteligentes permite a las empresas de servicios públicos aumentar o restringir el flujo de electricidad, gas o agua para reducir el desperdicio y garantizar un suministro adecuado en los períodos álgidos.
Trabajo decente y crecimiento económico
Las tendencias en el tráfico postal global pueden proporcionar indicadores tales como el crecimiento económico, las remesas, el comercio y el PIB.
Industria, innovación e infraestructura
Los datos de los dispositivos GPS se pueden usar para controlar el tráfico y mejorar el transporte público.
Producción y consumos responsables
Los patrones de búsqueda en línea o las transacciones de comercio electrónico pueden revelar el ritmo de la transición a productos energéticamente eficientes.
Paz, justicia e instituciones sólidas
El análisis de las emociones en las redes sociales puede mostrar la opinión pública en temas como la gobernanza eficaz, la prestación de servicios públicos o los derechos humanos.///