Solidaridad a pulmón desde una casa de familia
El merendero “Frutillita” funciona en el barrio Seis Esquinas
ROCÍO MAGALÍ SÁNCHEZ
Para Ecos Diarios
En una esquina del barrio Seis Esquinas, en la calle 523 entre 522 y 524 de Quequén funciona un espacio de contención, alimento y afecto para decenas de chicos y sus familias: El merendero “Frutillita”.
Esta iniciativa nació en 2017 del compromiso solidario de Milagros Blanco, su esposo y sus dos hijas. Lo que inicialmente comenzó como una respuesta ante la necesidad alimentaria de los niños que asisten a la Escuela Nª 31, hoy es un espacio comunitario sostenido con esfuerzo, donaciones y el amor de una familia.
"Nosotros empezamos con esto cuando vimos que los chicos del barrio, que durante la semana comían en la escuela, los fines de semana no tenían dónde ir a almorzar o a tomar una leche", cuenta Milagros, quien junto a su marido tuvo la idea de comenzar un comedor comunitario. Lo que al principio funcionó como comedor, pronto tuvo que transformarse en merendero, debido a las dificultades para sostener económicamente las comidas diarias”, contó Milagros.

Seguir pese a las dificultades
“Todo lo hacemos a pulmón, no tenemos apoyo político ni pertenecemos a ningún movimiento social. No contamos con una ayuda mensual ni fija, y por eso mantener un comedor se volvió imposible. La carne, el pollo… era lo más difícil de conseguir. Entonces pasamos al formato de merendero, que es más fácil de sostener", explicó Blanco.
El merendero “Frutillita” funciona literalmente en su casa: los niños son atendidos en un pasillo que funciona como entrada de garaje, donde se organiza la entrega de leche y facturas. En el fondo de la vivienda hay un pequeño departamento con una cocina y una heladera desde donde se preparan las meriendas. “Cuando hacemos fiestitas, cocinamos ahí pizza, panchos, lo que podamos conseguir”, detalló Milagros.
La logística no es sencilla. No cuentan con un espacio cerrado ni techado, lo que se vuelve un gran obstáculo en días fríos o lluviosos. Por eso, en invierno, las meriendas se entregan para llevar: “Los chicos salen del colegio a las 6 de la tarde, ya de noche, con mucho frío, así que las mamás vienen, retiran la leche y la factura, y se la llevan para que la tomen en casa”.
A pesar de todas las limitaciones, “Frutillita” no deja de acompañar a su comunidad. Además de la merienda, reparten ropa, organizan colectas y celebran fechas especiales como Navidad, Pascuas, Día del Niño o el 25 de Mayo. “Para esas fechas siempre organizamos una fiestita con lo que tenemos. Ahora el 25 vamos a hacer chocolatada con tortas fritas”, contó la organizadora del proyecto.
La comunidad ha ido conociendo su labor a través de redes sociales, especialmente Facebook, y de boca en boca. Milagros es quien se encarga de contactar comercios, panaderías y vecinos para solicitar donaciones. “Gracias a la gente de Necochea y de Quequén, y a los que ven nuestra transparencia, podemos seguir. Mostramos siempre lo que hacemos. Esa confianza nos sostiene”.
Uno de los apoyos más firmes es el de la panadería “Gran Galicia”, que desde hace siete años colabora con pan y facturas. También reciben ayuda ocasional de la agrupación “1 Litro por Mes”, que dona leche cuando puede, ya que asiste a varios espacios solidarios de la ciudad. “Estamos super agradecidos con ellas y con todos los que nos dan una mano. Pero sabemos que nada es seguro, y eso nos limita mucho”, confesó la entrevistada.
Hoy, el sueño de la familia que sostiene este espacio solidario es poder techar el pasillo para que los chicos tengan un lugar cubierto donde merendar o celebrar sin depender del clima. Y a futuro, volver a ofrecer comidas calientes los fines de semana. “Nos gustaría poder darles una comida fija todos los sábados y domingos del año. Pero para eso necesitaríamos una ayuda más constante en mercadería”.
El merendero “Frutillita” no es una organización con grandes estructuras ni con recursos estables. Es, en cambio, el ejemplo palpable de cómo la solidaridad puede sostenerse con compromiso genuino, creatividad y la fuerza de una familia que transforma su hogar en refugio.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión