Tareas de servicio por la pandemia y mantenimiento del edificio del hogar Stella Maris
Desde mayo, un grupo de religiosas volvieron para reactivar el lugar
En un punto privilegiado de la costa de Quequén, se encuentra el edificio donde, durante varias décadas, funcionara durante muchos años el Hogar de Niñas Stella Maris, perteneciente a las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, de la Orden Don Orione.
Hasta mediados de 2018 funcionó como centro de día pero, ante la falta de religiosas, debió cerrar sus puertas, hasta entonces albergaba a personas que llegaban a descansar, recibía grupos de retiro espiritual o de catequesis.
En la actualidad, sigue perteneciendo a la Orden Don Orione y, en el marco de la pandemia por el Covid, un pequeño grupo de religiosas se encuentra realizando servicio a la comunidad desde el mes de mayo.
Mientras tanto, se realizan tareas de mantenimiento del edificio, en lo que serían los preparativos para la temporada, época en que se brinda servicio de hostelería a personas que eligen ese espacio para descansar. De todas maneras, se esperan los protocolos sanitarios para definir su apertura.
Misa en la capilla
Además, desde que se habilitaron los oficios religiosos, los días viernes, a las 16, y los domingos, a las 16.30 se oficia misa con inscripción previa, para respetar el protocolo de hasta diez personas en la capilla Stella Maris.
Oportunamente, el hogar llegó a alojar a alrededor de 25 niñas, de entre 5 y 12 años y en 1997, la necesidad de afrontar obras de importancia, como la instalación del gas natural, hizo que se cerrara el internado, pero en diciembre del 98 reabrió sus puertas en la modalidad de hogar de día.
En todos estos años ha llevado adelante una importante labor en beneficio de menores en situación de riesgo, pero también atendiendo otras problemáticas de la comunidad donde se encuentra inserto. ///