“Tenemos que ser más abiertos y pensar en una ciudad inclusiva”
Horacio Améndola insistió en que los ciudadanos tenemos que “cambiar la mentalidad”. Consideró que el desarrollo debe ir más allá del mar y propuso aprovechar las características únicas que tiene el río Quequén
Julieta Moreno
Redacción
“Es una ciudad con muchísimo potencial, pero también nos tiene a todos nosotros adentro. Yo la quiero a Necochea y me considero necochense, pero somos muy negativos, nos ponemos palos en la rueda”, expresó Horacio Améndola, al pensar en el presente del distrito. En este sentido, insistió en que como ciudadanos tenemos que “cambiar la mentalidad” y “ser más abiertos”.
Horacio Améndola nació en Chivilcoy hace 67 años. Cuando terminó la secundaria, ingresó a trabajar en lo que era la Dirección de Energía de la Provincia de Buenos Aires (DEBA) y unos años después se le presentó la oportunidad de un ascenso laboral, pero trasladándose a Necochea. Así fue como llegó a nuestra ciudad hace 41 años. En 1997 cuando DEBA se privatizó, decidió adherirse al retiro voluntario porque ya había empezado incursionar en la informática con la apertura de un comercio. De todas maneras, siguió vinculado a la Provincia, desempeñándose en la Dirección de Hidráulica, donde todavía sigue desarrollando tareas. Además, continúa con su negocio de informática desde hace 32 años. En el aspecto social, es presidente del Club Rowing y uno de los impulsores de la Asociación Civil Todos al Agua que surgió para apoyar la Escuela Municipal de Natación adaptada que se creó en 2017.
En diálogo con Ecos Diarios, dio su punto de vista. Consideró que se debe trabajar en el desarrollo de Necochea con una visión de futuro y aprovechar más las características del río Quequén. También se refirió a la importancia de construir una ciudad más accesible para las personas con discapacidad y, en definitiva, más inclusiva para todos.
-¿Cómo ve la ciudad?
-Siempre me pareció una ciudad con una perspectiva de vida casi ideal. No hay ninguna ciudad en la Provincia y quizás en el país que tenga las bondades que tiene Necochea: un parque, un río, mar, puerto, campo. Yo la elegí para venirme y la seguiría eligiendo. Es una ciudad con muchísimo potencial, pero también nos tiene a todos nosotros adentro. Yo la quiero y me considero necochense, pero somos muy negativos, nos ponemos palos en la rueda. No hay una identidad de una ciudad que quiera crecer. No hablo de crecer loteando el parque, hablo de crecer como ciudad. Prácticamente estamos igual que cuando yo vine. Yo llegué en los años 1983 -1984 y Necochea tenía un turismo impresionante, un gran movimiento. Y quedó ahí porque no se ha hecho la inversión. Es una ciudad como que se apaga.
-¿Y hacia dónde cree que podría ir ese crecimiento?
-El desarrollo tiene que ir más allá del mar. La playa nos da tres meses como mucho. Acá tenemos un río que es único, un recurso increíble que está desaprovechado. No hay en la provincia de Buenos Aires un río con saltos y ese caudal de agua. Pero no lo usamos y no hablo solamente del Estado porque tiene una parte de responsabilidad, pero tampoco la veo en el empresariado privado. Me da la impresión que el empresariado de Necochea quiere el recupero rápido de la inversión y creo que las grandes ciudades crecen si se van haciendo las cosas paso a paso y con visión de futuro. Fijémonos en Tandil, que tiene menos potencial natural, pero ha crecido muchísimo en los últimos 20 años porque ha habido trabajo del Estado, de los privados y de los mismos ciudadanos.
-¿Qué es lo que más le preocupa y cree que hay que cambiar en forma urgente?
-Hay que cambiar la mentalidad. Tenemos que ser más abiertos y pensar una ciudad inclusiva en serio, donde todos podamos manejarnos con distintas opiniones, pero para llegar al mismo fin: que la ciudad crezca. No tenemos un proyecto de ciudad que nos lleve a algún lado, son todos arrestos personales.
-Habló de trabajar por una ciudad inclusiva ¿cómo está en relación a la discapacidad?
-Le falta mucho. No es una ciudad adaptada para personas con discapacidad motriz por ejemplo. Las personas en sillas de ruedas no pueden transitar por las veredas, tienen que ir por la calle. En la playa, no pueden llegar nunca a la lengua del agua porque no hay bajadas inclusivas. Tenemos falencias, aunque hemos crecido. Hay una bajada inclusiva en la escollera de Quequén, sillas anfibias en dos o tres lugares, pero nos falta la estructura de la ciudad. No puede ser que un negocio exhiba la mercadería en la calle porque eso atenta contra la persona que no ve. Hay muchas cosas para mejorar y nos falta cambiar la mentalidad de nosotros mismos.
-En este sentido, se refiere a la responsabilidad del ciudadano ¿Y el Estado qué responsabilidad tiene?
-Es fácil echarle la culpa al Estado o decir “no hace esto o aquello”. Yo creo que nosotros somos el Estado. La gente que hoy maneja los destinos de la ciudad, la Provincia, la Nación es gente como nosotros que pusimos ahí y que tiene la misma problemática.
-Se refirió varias veces al parque, ¿qué habría que hacer?
-Hay que intervenirlo y darle una mayor prestación para que pueda ser utilizado por la gente. Yo habló de urbanizar, pero no quiero decir que se lotee, sino que lo que planteo es que sea urbano, que la gente pueda entrar sin miedo, que pueda ir a caminar. Yo no quiero una urbanización edilicia sino una urbanización de servicios, senderos, iluminación, baños. Podría haber también algo de gastronomía, habría que ver en qué lugares. Sé que ahora crearon una comisión para el parque y me parece muy bien y también podríamos hacer una comisión para que trabaje sobre el río Quequén que no está aprovechado. La gente no sabe que existe el río y hay un sinfín de cosas para hacer.
-¿Qué se podría hacer en el casino según su mirada?
-No estoy en condiciones de dar una opinión de algo que desconozco porque no es mi especialidad ni mi rubro. Sí por supuesto creo que algo hay que hacer, pero no puedo opinar si hay que repararlo, venderlo o tirarlo abajo.
-¿Y cómo evalúa la gestión de Arturo Rojas?
-Yo no fui su votante, pero tengo una buena relación porque nos ha dado una mano enorme desde el municipio con el tema de la Asociación Todos al Agua. Aún con todas las falencias porque sabemos que faltan cosas, no tengo nada para criticarle abiertamente. Además, no soy una persona que esté muy metida en política económica como para decir esto o aquello.
-¿Cómo ve el futuro de la ciudad?
-Es una incógnita. Hoy estamos ante un cambio muy importante a nivel estructura del Estado nacional y que va repercutir indefectiblemente y ya lo está haciendo tanto en la Provincia como en la ciudad. Interiormente pienso que “ojalá nos vaya bien”, pero no soy optimista y tampoco quiero ser pesimista. Estamos en un momento que veremos. Si sale bien, va a ser bueno para todos, pero hay que reconocer que con este sistema de gobierno va a haber un cambio en las estructuras socioeconómicas de las distintas capas sociales de la ciudad y que los que antes éramos una clase media trabajadora, no sé si vamos a poder sostener lo de clase media. Es complejo.
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