Por María Cecilia Gotta - Redacción 

Alejandra Teruggi transmite amor y pasión por lo que hace. El arte y las raíces italianas, son fundamentales en su vida. Positiva y emprendedora, manifestó “todos tenemos que tener sueños, es lo que nos mantiene vivos. No importa la edad, el sexo, si somos solteros, divorciados, casados, viudos, lo importante es hacer lo que uno siente”.

Ella es oriunda de Quequén y siente un gran amor por esta ciudad, en particular por la casa donde nació  y creció con su familia. “Hoy la Estación Hidrobiológica es mi lugar de trabajo, soy la tercera generación dentro del museo de la Estación de Quequén; primero estuvo el papá de mi mamá, luego mi mamá, y ahora yo”, señaló orgullosa.

Alejandra se mostró muy agradecida a su familia y destacó la importancia de la educación, los valores y el amor que le trasmitieron. “Tuve padres ejemplares, es importante la contención de la familia, gracias a mis hermanas, sobrinos, cuñados, amigos. Uno tiene que construir esos vínculos, buscarlos, respetarse, agradecer y ser feliz”, indicó.

Gracias a sus padres, afirmó que tiene un alma emprendedora y activa. “Me enseñaron el valor del trabajo, el respeto y hoy puedo llevar la frente en alto al ver el recorrido que he hecho”, dijo.

Alejandra estudió el nivel primario, luego en su época como estudiante secundaria dejó de cursar y con el correr de los años se dio cuenta que se le cerraban muchas puertas al no tener el nivel secundario. “Retomé de grande mis estudios en educación de adultos y egresé con un Bachiller en informática, luego hice un curso de diseño en el Centro de Formación Profesional y empecé a hacer tarjetas, afiches, volantes, y hasta el día de hoy, sigue siendo una salida laboral”, mencionó.

Alejandra se describió como una persona positiva que siempre va para adelante y a lo largo de su vida ha tomado distintos desafíos. Desde vender muebles y bijou en la calle, hasta cuidar niños, realizar tareas de limpieza y mantenimiento de casas, además de cobranza de cuotas.

“Cada una de las experiencias me ha permitido conocer distintas personas, diferentes ámbitos”, dijo.

Arte 

El arte siempre estuvo presente en su vida. Cuando tenía cinco años empezó a dibujar sin tener que calcar, hacía los mapas a mano, dibujaba y de grande concurrió a la Escuela de Arte de Necochea y Quequén. Tomó clases con Ely Battistella y Lili Fernández del Pino.

Por otra parte, sus raíces italianas le abrieron las puertas a otras disciplinas como la danza y el canto.

En este sentido, detalló “me sumé a la colectividad italiana en el año 1999, me incorporó mi sobrino Julio Croci cuando armó el grupo de la juventud, ahí empezó la movida, las salidas, las cenas, luego me uní a la Unión Calabresa, también me sumé al cuerpo de baile italiano y así empecé otra faceta artística”.

Alejandra también se sumó a la Asociación C’a Piemunteisa y disfruta de cada evento de la colectividad.

“Siempre disfruto, en su momento hice prensa y difusión dentro de las comisiones. Tuve tres programas de radio, trabajé junto a Néstor Casablanca, la verdad que tengo muy lindos recuerdos y fueron todas muy buenas experiencias”, expresó.

Con los años llegó el momento de cantar y cuando se disolvió el grupo de danzas, se integró en el grupo Italia Viva, cuando estaba Carlos Gesualdi.

“Primero se denominó grupo y luego Coro Italia Viva. Nunca dejé porque es un grupo donde se comparten muchas cosas, hemos viajado, han pasado distintos directores y de todos he aprendido”, dijo.

Sin embargo, Alejandra tiene algo pendiente, ser cantante solista. “Me gusta toda la música, el tango, el folclore”, afirmó.

Si de sueños se trata, Alejandra cumplió el año pasado un sueño muy anhelado: conocer Italia. “Viajé con una amiga y pude estar en la tierra de mis ancestros, en Piemonte y Calabria. Fue un viaje hermoso, tengo un recuerdo inolvidable porque fue mi primera vez y además fue emotivo porque me imaginé a mis abuelos, ese viaje en barco, lo que significó ese trayecto hasta Argentina, realmente me emocioné y disfruté mucho”, detalló.

Al hablar de sus raíces se emocionó y remarcó “es importante que los padres cuenten las historias, todo lo vivido, por eso cuando yo estaba en Italia, sentía que los tenía a mis abuelos al lado, por todo lo que me habían contado mis padres, fue muy mágico”.

Alejandra es una persona creativa, activa, todo el tiempo se propone nuevos desafíos y le gusta capacitarse en diversos temas. 

“Hago reciclado de objetos, me gusta viajar y hablar con la gente, soy guía de turismo rural, ahora estoy estudiando fitoterapia, siempre trato de avanzar y capacitarme en algo nuevo. Siempre hay sueños por delante y cuando se logran, es fabuloso”, finalizó.///