“Trato de proteger a las mascotas que no tienen sus representantes”
Dijo Liliana Inés Arana, quien comenzó como colaboradora en el Centro de Ayuda al Animal y preside la entidad desde hace un tiempo. “Hablo con la gente sobre el cuidado de los perros”, acotó
Liliana Inés Arana lleva más de diez años en el Centro de Ayuda al Animal (CAAN) y comenzó como “cartonera” junto a su esposo, trasladando cartones al predio que agrupa a cerca de 200 mascotas.
“Me siento útil porque trabajo para los sin voz, para los que no tienen representantes y protejo a esos perros a los que las leyes, en algunas ocasiones, dejan de lado”, empezó diciendo la vecina de Necochea.
Y reconoció que “acudo durante la semana al predio de calles 107 y 67, donde se encuentran los animales y me ocupo de que tengan agua y comida, además de recorrer las instalaciones”, acotó.
Arana afirmó también que “trato de asistir a los perros callejeros, hablo con los ciudadanos y les explico cómo es el cuidado del animal, que no debe estar atado y que necesita tener una cucha para resguardarse”.
Al respecto, sostuvo que “no le retiro el perro a nadie, busco hablar con la gente y brindar consejos sobre la contención que es necesario brindar, y si rescatamos de la vía pública a los animales que están lastimados, donde vemos qué se puede hacer y llevarlo a un veterinario”.

Necesidad de colaborar
Liliana Arana aceptó la entrevista de Ecos Diarios y recordó sus inicios en la institución que hoy la tiene como muy activa. “Empecé a concurrir al predio del Centro de Ayuda Al Animal porque observé un aviso en las redes sociales, donde solicitaban la incorporación de personas con ganas de colaborar con la entidad sin fines, a través de brindar mano de obra por parte de voluntarios”, aseguró.
Recordó también que en su momento “trabajé con Fernando Simonetti en la entidad Necochea Naturaleza y, por distintas circunstancias, se disolvió la misma. Luego, mi marido me acompañó al Caan en los primeros momentos y llevábamos cartones para colocar en las cuchas de los perros”.
Ante la necesidad de colaborar, Liliana se fue afianzando en la medida en que pasaban los días y sostuvo que “me incorporé a la institución porque había poca gente, como ocurre actualmente. En su momento, limpiaba los refugios donde se hallan los animales, podaba las ramas de árboles del lugar y mi esposo, además, llevó adelante varias refacciones en las instalaciones”.
Salir a la calle
La presidenta del Caan también ocupa el tiempo en salir a la calle a buscar alimentos o ir “al rescate” de algún perro que está en estado de abandono o a la deriva para luego recuperarlo y entregarlo en adopción, junto a Ana Cattáneo y Cristina Camarero, dos fieles colaboradoras de mucho tiempo.
Arana valoró también el respaldo de un grupo de veterinarias que ayuda a la institución en forma permanente y realiza una loable tarea junto a quienes están a cargo de la entidad.
Liliana dio una frase final que la deja bien al descubierto sobre cómo piensa: “Hay gente que no entiende que es necesario que alguna loca como yo se incline por la protección de los perros, es que algo hay que hacer, ya que no se los puede dejar a la deriva”, afirmó.
Perfil
El fiel reflejo de una labor solidaria
Liliana Inés Arana es nativa de Necochea, pero vivió algunos años en la localidad de Berazategui, en el Gran Buenos Aires, por razones de trabajo de su marido. Después, ambos, decidieron retornar a la cercanía del mar.
Sus primeras labores en el Centro de Ayuda al Animal fueron como “cartonera”, como ella misma reconoció durante la charla con Ecos Diarios, y desde hace un tiempo es la presidenta de la institución.
En plena pandemia de Covid-19, Liliana tuvo un problema de salud, pero nunca dejó de concurrir al predio de calles 67 y 107, donde se dedica a realizar el mantenimiento del lugar y cuidado de los animales.
En tan sentido, la mujer lleva a cabo la tarea de limpieza durante la semana, de lunes a viernes, de 7 a 10, en el verano, y en el invierno, de 8 a 11, además de encargarse de brindar la comida a los animales junto al resto de los colaboradores de la institución.
Le encanta cocinar
“Entre los gustos particulares, me encanta cocinar y amo las fiestas. Comparto mucho tiempo con mi nieto y tengo otro nieto perruno, observo series cada vez que puedo y no soy muy lectora por falta de tiempo”, enumeró Liliana.
Desde que contrajo enlace con su marido, se dedicó a ser ama de casa y a la familia. Tiene dos hijos varones y uno de ellos reside en Córdoba y el otro, en La Plata. ////
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