Tres ambiciosos proyectos que hoy son “elefantes blancos”
Un repaso histórico de la frustrada concreción de un polideportivo a metros del río; una estación científica cercana al mar y un hotel de categoría, que un gremio empezó a levantar en 107 y 32
La columna radial semanal de hechos de Necochea que se basa en el voluminoso archivo de Ecos Diarios, esta vez repasó la historia de tres frustradas construcciones: un polideportivo sobre la ribera; una estación científica de trascendencia continental y un hotel gremial en una de las zonas más costosas en la actualidad.
El tema fue desmenuzado por el periodista Raúl Jáuregui en el programa “Desde Temprano”, que se emite por Ecos Radio, 97.9 del dial, quien calificó a los ambiciosos proyectos como “elefantes blancos”, la habitual forma con la que se denomina en el campo de la arquitectura a grandes obras que no se terminan y se transforman en enormes moles de hormigón abandonadas desde hace décadas.
El centro deportivo que no fue
En primer término, se hizo mención a la estructura ubicada a metros del río Quequén, en inmediaciones de la Terminal.
En ese lugar en 1982 la Armada planificó y empezó a construir un polideportivo, vinculado al aún incipiente Liceo Naval Militar “Capitán de Fragata “Carlos María Moyano”. La idea era que los alumnos tuvieran un lugar de nivel para practicar deportes, sumando a escuela secundarias de la ciudad.
El proyecto contemplaba una dársena para deportes náuticos, pileta climatizada, campo con pista de atletismo, canchas de fútbol, rugby, básquetbol y tenis, además de confitería. También un gimnasio con capacidad para 4.500 espectadores en tribunas fijas y desmontables, todo montado en un predio de 6 hectáreas cedidas en concesión por la Municipalidad.
Con un primer envío desde la Nación de una partida de 250.000 dólares, a mediados del 82 arrancó la construcción, a cargo de la empresa local García Villanueva y Zorzi, llegándose a levantar dos niveles.
La inflación, y el retorno de la democracia, que decidiría la continuidad o no, significaron la paralización de la obra a fines de 1983, cuando se había completado la primera etapa de la misma.
De allí en más surgirían intentos por reflotar el proyecto. Uno de ellos gestado en 1985 a partir del bloque del Partido Intransigente en el Concejo Deliberante, proponiendo terminar el centro deportivo desde el municipio, con fondos de la Provincia o la Nación.
También se conocería una propuesta del Club Atlético Rivadavia, en pleno boom del básquet en la Liga Nacional, para terminar el polideportivo y ponerlo a disposición de sus socios y comunidad. Una ilusión que tampoco prosperó.
Entre fines de la década del 90 e inicios de la siguiente apareció en escena una firme idea de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y de la Estiba (Uatre) de darle fin al edificio y ponerlo al servicio de la comunidad. Sin embargo, se montó una porfía entre el gobierno municipal que encabezaba el radical Daniel Molina y el gremio liderado por Gerónimo Venegas. El jefe comunal primero anuló un convenio firmado entre el gremio y el exjefe comunal Julio Municoy; y luego vetó la concesión del lugar, que había dispuesto el Concejo.
La cuestión se dirimió en la Justicia, con dos fallos a favor de la comuna, naufragando las intenciones de la Uatre.
Ya en 2016, en el gobierno de Facundo López, el entonces diputado provincial y arquitecto, Roberto Rago, hizo gestiones para reflotar la idea de la Uatre, pero tampoco prosperó, desvaneciéndose todo con el fallecimiento de Venegas, en junio de 2017.
Estación Hidrobiológica
La columna radial sobre los “tres elefantes blancos” prosiguió con la gran estructura de cemento ubicada a un costado de la plaza 3 de Agosto, en la avenida 502 de Quequén, un lugar abandonado hace décadas.
Se trata de lo que se alcanzó a construir de una moderna sede para la Estación Hidrobiológica de Quequén, que arrancó en 1971 en el terreno donado por el municipio de Lobería, al cual por entonces pertenecía Quequén.
Ese mismo año, se llamó a concurso de proyectos, el que fue ganado por el estudio de arquitectura “Otaola, Grin y Asociados”, de Buenos Aires y s presentó la maqueta del majestuoso edificio de dos pisos, con laboratorios, acuario, sala de exposición, auditorio, biblioteca y comodidades para alojar a científicos y alumnos. Lamentablemente en 1982, cuando ya se había levantado el 90% del hormigón armado, la falta de fondos hizo que la construcción se paralizara y tiempo después, se rescindió el contrato.
La estructura, que es propiedad del Museo de Ciencias Naturales de Buenos Aires “Bernardino Rivadavia”, está totalmente abandonada y se desconoce que haya un proyecto a desarrollar.
La “enigmática” estructura de la calle 107
En el cierre de la charla se habló del enorme armazón de hormigón en forma de “V”, que yace olvidado en el tiempo en la intersección de calles 32 y 107.
Para describir su historia hay que remontarse a la década del 50, cuando la Federación Argentina de Trabajadores de Industrias Químicas y Petroquímicas recibiera seis parcelas de 40 x 40, en un sitio que por entonces parecía el desierto.
La donación fue dispuesta por el entonces intendente Rodolfo Arce, y según versiones, el gremio puso en marcha la construcción de un lujoso hotel para sus afiliados. Un proyecto visionario si se quiere por el desarrollo que luego alcanzaría la zona.
Sin embargo, en 1955 se produjo la llamada Revolución Libertadora, el Gobierno cambió de mando y, entre otras medidas, se intervino a los sindicatos, entre ellos el de los Químicos, asestando un golpe mortal al sueño del hotel en Necochea.
La última novedad en torno a lugar, es que hace un tiempo un particular de Necochea negoció la compra del predio y se llegó a firmar el respectivo boleto de compraventa, pero esa persona falleció al tiempo y el tema entró en su trámite sucesorio.
Sobre la actualidad, fuentes consultadas dieron cuenta que la controversia legal ya estaría solucionada y eso daría paso a la toma de posesión de la estructura, que según estudios técnicos esta sólida, ya sea para montar otro proyecto, demolerla o vender el predio nuevamente o encarar una construcción nueva allí.
La nota completa se puede escuchar en el Spotify de Ecos Radio.
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