Ufa, el boliche de las “noches diferentes” festeja sus 22 años
Será el domingo 15. Un símbolo de la diversión. Los recuerdos y vivencias de su propietario, Ariel Ruiz. El complemento del pub Don Rammon
“Hoy no hay edad para disfrutar y eso nos mantiene más vigentes que nunca” afirmó Ariel Ruiz, al recordar los 22 años del reducto nocturno Ufa que hoy conduce junto a su hija Camila y Fernando “Chocha” Calzada.
El próximo domingo 15 será el momento de celebrar ese 22º aniversario y como ocurre desde hace años, habrá una fiesta de cumpleaños con torta incluida, “a lo que sumaremos sándwiches de carne y hamburguesas…”
Las generaciones más jóvenes, a no ser por referencia de sus mayores, probablemente no saben que el boliche ya se llamó Ufa en las lejanas décadas del 60-70, y en 1978 mutó al nombre de “Yamó”, siendo una de las sucursales de dicha cadena de diversión nocturna. Pero cuando su ciclo terminó en 2001 y bajo la conducción de Ariel recobró la vieja denominación y con el logo tradicional, que por esas casualidades de la vida creara en 1968 un primo de Ruiz: “Carlitos” Iborra. “La idea era mantener vivo un clásico y por eso decidí volver a llamarlo Ufa”, reveló.
Un largo camino en la noche
Ariel Ruiz lleva gran parte de su vida ligada a la nocturnidad y al reducto de la calle 85 Nº 302, entre 6 y 8, al que se vinculó a sus 16 años, cuando el lugar integraba la cadena de boliches “Yamó”, que bajo el slogan de “El grande de la noche” se mantuvo abierto hasta 1999.
“Empecé a trabajar como lavacopas en 1982, cuando iba al secundario y con el fin de juntar dinero para el viaje de egresados pedimos que “Yamó” nos abriera sus puertas, para hacer fiestas estudiantiles y recaudar plata”, recordó Ruiz.
Observando las inquietudes del joven, los propietarios le ofrecieron trabajar los fines de semana y así se ligó a la actividad nocturna hasta estos días. “Trabajaba hasta la 4 de la madrugada y luego me iba al colegio”, cuenta con una sonrisa. Por entonces la vestimenta de smoking era distintiva del personal del boliche de la calle 85”.
Su familia y los dueños de Yamó impulsaron sus ganas de crecer y tras la secundaria Ariel se fue a estudiar a La Plata ciencias económicas, recibiéndose de contador público en 1993, y desde hace años se desempeña en la sucursal local de la AFIP. No obstante en cada verano siguió trabajando en el boliche, ya como mozo.
Con el título bajo el brazo, la cadena “Yamó” le ofreció “llevar los números” de las sedes que tenía de Tandil, Olavarría, Tres Arroyos, Coronel Suárez y Necochea. “Viajaba todos los fines de semana y junto a un equipo organizaba toda la comercialización”, recordó.
Tras un breve alejamiento de Ruiz, empezó el declive de “Yamó” y la sociedad le propuso en 2000 a Ariel quedarse con la conducción del boliche, incluida la propiedad.
“Por consejo de un amigo que me dijo que me dedicara a lo que sabía, lo habilité en 2001, pero me agarró la época de De la Rúa, me había endeudado en dólares y pasé a deber mucho. Por suerte pude recuperarme y acá estamos…”, apuntó.
Mutaciones
Tras tantos años en la noche, Ariel Ruiz destaca que “fue mutando mucho. Antes iba gente más grande, con otra vestimenta, se consumían otros tragos, predominando el whisky y hoy se toma fernet, vino y cerveza, la música era otra y se bailaban lentos. De todas maneras, uno debe adaptarse a los cambios. La música de hoy es muy divertida y la gente baila mucho, no todo tiempo pasado fue mejor, aunque hoy estemos atravesados por un flagelo que es la droga, que antes no estaba y hay mucha violencia. Hay que estar muy encima de eso”.
Si bien el interior del boliche ha tenido cambios, la pista y los baños siguen en el mismo lugar “de siempre”, el sitio del DJ volvió atrás de la barra; mientras que la alfombra de pana de los viejos tiempos fue remplazada por “las nuevas normativas de seguridad”.
Hoy la estructura total, que se amplió hacia el lugar donde hace muchos años funcionara un pub y una remisería, puede cobijar hasta 850 personas.
Don Rammon
Dentro del esquema de cambios en la diversión, “al ver que los boliches se estaban transformando en bares”, Ariel se unió con el experimentado DJ Fernando “Chocha” Calzada, “el número uno”, que ya lo acompañaba desde 2001, para construir en 2009 la parte alta del frente del edificio y habilitar el el pub Don Rammon. El techo abovedado característico desapareció para dar lugar a un canto bar restó que “tiene una enorme repercusión” y abre los miércoles, viernes, sábados y domingos.
Los Ruiz (Ariel y Camila) y Calzada dan trabajo a unas 20 personas, y sobre el personal, Ariel se emociona al recordar a algunos viejos compañeros de ruta que como “el Vasco Irigaray y “Titi” Serra…”
Hoy, como siempre Ariel Ruiz sigue siendo protagonista de la noche necochense. “Es mi vida y me siento orgulloso y agradecido a mi familia, clientes, proveedores y gente que trabajó y trabaja con nosotros”, culmina con lágrimas en sus ojos.
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