Un año entre el estupor y el surrealismo
El 24 de abril de 2020 fueron dadas de alta las primeras personas contagiadas de Covid-19 en la ciudad. Desde el 20 de marzo, cuando comenzó la cuarentena en el país, hasta ese día, se produjeron situaciones que hoy parecen repetirse
Hace hoy un año, en la edición del sábado 25 de abril de 2020, Ecos Diarios publicaba una nota a las dos primeras personas que se recuperaron del Covid-19 en Necochea.
El alta a Eduardo “Cacho” Lamas y Mirta Eskensen fue una muy buena noticia para la ciudad que desde hacía un mes y cinco días se encontraba en cuarentena, a pesar de que el gobierno nacional había anunciado que el aislamiento sería hasta el 31 de marzo.
El matrimonio Lamas-Eskesen había viajado al sur junto a una pareja de San Manuel, que también se contagió. Regresaron el 16 de marzo a la ciudad y poco después comenzaron con los síntomas. Fueron las primeras cuatro personas contagiadas en la región, pero en el caso de los necochenses, recién se les confirmó el diagnóstico el 26.
“Nunca imaginamos que nos íbamos a contagiar”, afirmaron Cacho y Mirta en aquella nota publicada hace un año, luego de superar el Covid-19.
Como muchos otros necochenses, fueron sorprendidos por la pandemia a principios de marzo, cuando se encontraban de vacaciones. Si bien el mundo se encontraba en alerta, aún resonaban las palabras del ministro de Salud Ginés González García, que el 23 de enero había asegurado: «No hay ninguna posibilidad de que exista coronavirus en Argentina».
Pero el 3 de marzo, un hombre que regresó de Europa se convirtió en el primer caso de Covid-19 confirmado en el país y encendió la alarma. Dos días después ya había 11 personas aisladas y el viernes 6 ya eran 8 los contagiados en el país.
El viernes 9 se registró la primera muerte en el país y el coronavirus comenzó a ganar cada vez más espacio en las tapas de los diarios y en los noticieros de televisión. Ese mismo día el Ministerio de Educación de la Nación recomendó que se tomaran medidas preventivas en las escuelas.
Al lunes siguiente comenzaron las clases en los establecimientos secundarios.
En la edición del 11 de marzo del año pasado, Ecos Diarios publicó una entrevista a Roberto Pizzi, un italiano que desde 2004 vacacionaba en Necochea, quien relató la experiencia de vivir en cuarentena en la península itálica.
Ese mismo día la Organización Mundial de la Salud declaró pandemia al coronavirus.El avance del virus en Europa desde aquí parecía algo completamente lejano, el diario informaba sobre la creciente demanda de alcohol en gel en las farmacias locales.
En el artículo se citaba la frase de un farmacéutico sobre un tema que aún hoy es motivo de debate: el uso del barbijo. Señalaba el profesional que sólo debían usar barbijo las personas que están enfermas, sus cuidadores y el personal de salud. No obstante, en pocas horas los barbijos escaseaban en Necochea.
Al día siguiente, el jueves 12 de marzo de 2020, el presidente Alberto Fernández firmó un decreto de necesidad y urgencia que amplió la emergencia sanitaria a un año y ordena la suspensión por 30 días de los vuelos internacionales provenientes desde las zonas más afectadas por el coronavirus.
A nivel local, el municipio declaró la emergencia sanitaria y suspendió el inicio del torneo de fútbol local y todo evento social, deportivo, artístico, recreativo y cultural de participación masiva. En ese momento todavía no se había registrado ningún caso en la ciudad y menos aún había circulación comunitaria.
La primera ola
El título de tapa de Ecos Diarios del sábado 14 de marzo refleja en parte el surrealismo en el que se comenzó a vivir en aquellos días. Señalaba que habían fallecido dos personas en el país y por ello la Dirección de Escuelas provincial dispuso el cierre de aquellos establecimientos escolares donde se registraran casos.
En una reunión virtual en la que también participó el ministro de Educación Nicolás Trotta, el hoy exministro de Salud Ginés González García defendía la “presencialidad”.
“La medida que más consenso tuvo fue el no cierre de los establecimientos educativos”, dijo el ministro. Y argumentó la decisión en que “no sólo tiene un impacto social considerable sino que no tiene ninguna potencialidad desde el punto de vista de cuidar la salud”.
Pero sus palabras no se sostuvieron mucho tiempo. En realidad, al día siguiente, el domingo 15 de marzo, el gobierno nacional anunció que no se iban a dictar clases hasta el 31 de marzo.
En Necochea, ya no se conseguía alcohol en gel ni barbijos y los comercios empezaron a tomar medidas de prevención con los clientes. Mientras, el municipio anunció la instalación de dos contenedores frente al Hospital Municipal para atender a las personas con síntomas.
Todo esto a pesar de que en el país sólo había 56 personas contagiadas, dos de las cuales habían fallecido.
Hoy, a la distancia, las medidas parecen desmedidas, teniendo en cuenta que sólo este mes, hasta el viernes pasado, hubo 24 muertos por Covid-19 en el distrito de Necochea y el número de contagios activos era de 593.
Rumbo a la cuarentena
El lunes 17 de marzo de 2020 el gobierno municipal mediante un decreto dispuso el cierre de iglesias, restaurantes, bares y boliches desde el martes 18 hasta el 31 de ese mes como medida de prevención ante el avance del coronavirus en el país.
“La situación epidemiológica del coronavirus (Covid-19), que presenta un carácter dinámico, hace necesario que el Estado municipal arbitre los medios necesarios a efectos de poner en funcionamiento urgentemente un protocolo de prevención del contagio”, indica el decreto municipal 576/2020
Al día siguiente la medida fue ampliada y se dispuso el cierre de hoteles, campings y balnearios, además de prohibir la bajada de vehículos a la arena y la permanencia en espacios públicos como la playa, parque y ribera. Con esa medida se daba por tierra con las expectativas generadas en el sector turístico por el fin de semana largo del 24 de marzo.
Mientras el gobierno nacional cerraba el país y también comenzaba a limitar la circulación mediante la suspensión de vuelos y servicios de micros y trenes dentro del territorio nacional.
Por ello, el miércoles 17 comenzaron los controles en los accesos a la ciudad y el presidente Alberto Fernández ya empezaba a analizar la aplicación de una cuarentena general.
Finalmente, en la jornada del jueves 19 de marzo de 2020, Fernández dispuso el “aislamiento social preventivo y obligatorio” en el país.
Una de las frases de su discurso fue: “Tenemos dos peleas que dar: contra la pandemia y contra la psicosis”.
Paradójicamente, en ese momento en el país se produjeron 31 contagios y el número de casos activos en todo el país era de 128 personas.
Si bien, después de un año y teniendo en cuenta la situación de incertidumbre que se vivía en ese momento, las comparaciones pueden parecer odiosas, vale señalar que este viernes, sólo en el distrito de Necochea, hubo 46 casos contagios detectados y en el país hubo 28.000.
Bloqueados
El lunes 23, con la colocación de terraplenes de tosca, el municipio bloqueo los accesos a la ciudad por las rutas 228 y 227, desviando el tránsito hacia los ingresos de la ruta 86 y la 88.
A pesar de las restricciones comerciales y el bloqueo de los accesos, el matrimonio Lamas-Eskensen, que había regresado a la ciudad el 16 de marzo, luego de varios días con síntomas, fue diagnosticado con Covid-19 el jueves 26, convirtiéndose de esta manera en los dos primeros casos positivos de la enfermedad en la ciudad.
El sábado 28 se confirmó un tercer caso cuando el virus fue detectado en un hombre que había regresado de un viaje a la India.
Al día siguiente, el presidente Alberto Fernández dijo en cadena nacional que “la cosa está funcionando”, en relación a la cuarentena, pero amplió las medidas de aislamiento hasta el fin de la Semana Santa.
Unos días después, las consecuencias económicas de la cuarentena comenzaban a preocupar. La tapa de Ecos Diarios del 1º de abril de 2020 refleja algo que luego se convertiría en una realidad insalvable. El título principal señalaba: “Preocupación de las empresas que deben afrontar el pago de sueldos”.
Y debajo otro título indicaba cifras que hoy parecen no justificar lo extremo de las medidas de aquellos días: “En el país. Tres muertes y 88 nuevos casos”.
Para el 24 de abril, cuando las dos primeras personas contagiadas en el distrito fueron dadas de alta, hacía casi un mes que no se registraba ningún contagio en el distrito. Fue entonces cuando se autorizó a los vecinos a salir a caminar en un radio de 500 metros de sus domicilios.
El 28 de mayo, el distrito entero fue noticia en los medios nacionales por la realización de un baby shower que dejó como saldo seis casos positivos y 200 aislados. Recién en julio se registraría el primer fallecimiento de una persona afectada por el Covid-19 en nuestra ciudad. Ya habían transcurrido cuatro meses de cuarentena y las consecuencias económicas del virus parecían irreversibles.
Sin embargo, a un año de que las dos primeras personas contagiadas de coronavirus en el distrito fueron dadas de alta, la ciudad está lejos de superar la pandemia y la experiencia acumulada no parece haber afinado el sentido común de quienes toman las decisiones. Sólo queda una sensación de estupor y surrealismo.///