Un barrio que no para de crecer
Por iniciativa vecinal, se empezó a generar un nuevo proyecto en la ribera del río Quequén. En este caso, se trata de la creación de un sector para la práctica del kayak adaptado.
El proyecto, que se concretaría frente al predio de la Sociedad Española, comprende la instalación de dos baños y un vestuario, una especie de mini playa y rampas y descansos para que las personas con discapacidad puedan bajar al agua en sillas de rueda y subir al kayak o bote. Además, se adecuará el sector con estacionamientos para vehículos.
Al proyecto, elaborado por los profesores Martín y Javier Trípano y propuesto por las asociaciones Paseo de la Ribera, Todos al Agua y Todo Para Ellos, se sumará la Municipalidad a fin de poder concretarlo durante este año.
De esta forma, una vez más por iniciativa de los clubes, de las entidades y del grupo de vecinos del Paseo de la Ribera, se busca generar una nueva atracción para ese sector de la ciudad.
En más de una oportunidad, como ciudadanos nos quejamos de que el río no está explotado desde el aspecto turístico como corresponde porque, al tener mar, quizás queda un poco relegado. Sin embargo, es un lugar bellísimo para desarrollar con emprendimientos deportivos, recreativos y hasta gastronómicos.
Lamentablemente, en general, el Estado le ha prestado siempre poca atención a la ribera y si no fuera por los vecinos y los clubes que insisten en forma constante, directamente no se haría nada.
En 2015, un grupo vecinos que residen sobre el río, margen Necochea, a raíz de los hechos de inseguridad que sufrían comenzaron a movilizarse y a pedir soluciones al gobierno municipal de turno. Este hecho les permitió reunirse y unirse. Al principio fue para reclamar, pero luego se empezaron a reunir para hacer y el mejoramiento del barrio donde viven, pasó a ser el objetivo.
Comenzaron a limpiar los espacios públicos, a cortar el pasto y se entusiasmaron tanto que colocaron cartelería, juegos para hacer actividad física, bancos, bebederos y hasta cestos para separar la basura. Además, después de insistir y tocar puertas reiteradas veces, lograron instalar una posta policial y hace poco, esta gestión municipal, a través del Ente Vial, les entoscó la calle, algo que venían esperando desde hace mucho tiempo.
Esta movilización que hicieron en la ribera, los llevó a vincularse con los clubes y empezaron a trabajar en conjunto. Los resultados están a la vista. Desde el Club Del Valle hasta el puente de Circunvalación, no sólo el pasto está corto y la calle está transitable, sino que se notan los cuidados y los detalles, esos que marcan la diferencia.
Proyectos pendientes, muchos todavía. Entre ellos, la posibilidad de que de una vez por todas se pueda iluminar la ribera, pero aquí se necesitaría el apoyo de la Municipalidad y de la Usina Popular Cooperativa. El tema se habló y se empezó a avanzar, pero aún muy lentamente.
Ahora lo más próximo a concretar es este espacio deportivo y recreativo adaptado que pretende cambiar un poco la fisonomía del sector de la ribera a la altura del kilómetro 2,5.
Es de destacar el trabajo que han hecho los vecinos, quienes brindar su tiempo para mejorar el barrio donde viven y, en definitiva, también generar un nuevo espacio turístico para disfrutar. Sin embargo, es imprescindible que el Estado municipal esté presente en este y en todos los barrios y responda ante cada demanda, acompañando el crecimiento o impulsándolo en caso de ser necesario.///