Un día como hoy, hace 172 años, nacía el doctor Emilio Ferreyra, que le da nombre a nuestro Hospital
El catamarqueño que escribió un libro mientras estuvo preso en la isla Martín García por casi dos meses y además de médico fue un político de larga trayectoria
Este jueves 20, además de celebrarse el Día del amigo y ser una jornada de reuniones y de buenos recuerdos, también es una buena oportunidad para recordar o conocer la historia del doctor Emilio Ferreyra, una persona que nació un día como hoy pero hace 172 años y que su paso por este mundo dejó una huella tan importante que hoy el hospital municipal de Necochea lleva su nombre.
Ferreyra nació el 20 de julio de 1871 en Catamarca, donde realizó sus estudios primarios, para luego trasladarse a Buenos Aires con el objetivo de estudiar medicina.
No se sabe qué fue lo que impulsó su decisión de mudarse a Necochea, pero en 1897, con 26 años y un flamante diploma de la Facultad de Ciencias Médicas en la mano, se instaló en esta ciudad, donde pasó la mayor parte de su vida.
Fue médico escolar, municipal y de la policía. También trabajó para las sociedades de beneficencia, la juventud obrera y las sociedades española, italiana, francesa y euskera. Y desde 1897 hasta 1936 se desempeñó como médico del Ferrocarril Sud.
Además, también cumplía con su rol de capitán de Guardias Nacional del Batallón de Necochea, fuerza que también tuvo en sus filas a Angel I. Murga.
Pero Ferreyra no sólo es recordado por su labor como médico, también por su gran compromiso con la comunidad, que lo llevó a intervenir en la política. Fue intendente, concejal y presidente del Consejo Escolar.
Como si eso fuera poco, escribió un libro e incursionó en el periodismo como corresponsal del periódico La Prensa.
En política
Desde 1903 fue comisionado escolar y, más tarde, se enroló en las filas de la Unión Cívica Radical y llegó a ser comisionado municipal en 1917. Cuenta la historia que aunque en un principio el radicalismo local resistió su participación, llegó a ser diputado en la Legislatura de Buenos Aires en el período comprendido entre 1919 y 1921 y luego entre 1936 y 1940.
En abril de 1931 fue electo senador nacional, pero no llegó a ocupar la banca a causa de la anulación de los comicios.
En la UCR llegó a ser presidente del comité local, delegado a las convenciones seccional, provincial y nacional, miembros del comité seccional y del comité de la Provincia, delegado suplente del comité nacional por Catamarca en 1939 y en el período 1941-42.
También sufrió la persecución por sus ideas, en 1933, cuando era convencional nacional, fue confinado a la isla Martín García por el gobierno del general Justo.
Pero, Ferreyra, fiel a su espíritu, incluso pudo seguir trabajando durante sus días de detención y escribió el libro “Cuadros a lápiz”, que publicó en 1934.
“Durante todo el día de ayer atendió en su domicilio del boulevard Del Valle (avenida 58) la visita de infinidad de amigos y correligionarios que fueron a presentarle sus saludos”, escribió el cronista de Ecos Diarios en aquel entonces, respecto a la llegada de Ferreyra de vuelta a su hogar.
En 1898, por impulso de la Sociedad de Beneficencia “Protectora de los Pobres”, se inauguró el Hospital General Díaz Vélez, que tuvo como primer director al doctor Emilio Ferreyra.
Dos años más tarde, la presidenta de la Sociedad, María B. de Salcides y su secretaria, Manuela Murga, le enviaron una carta a Ferreyra para felicitarlo por el éxito de una intervención quirúrgica realizada en el hospital por los médicos Adolfo Güiraldes y Alberto Nazarre. Además la carta daba a entender que los médicos realizaban su trabajo ad honorem. “(Queremos) reiterarle nuestra gratitud por sus sacrificios en bien de esta institución, que por ser muy pobre, no halla otra forma de recompensarles”, concluía la misiva.
El Hospital municipal
Claramente, el hospital municipal no lleva hoy en día su nombre solo por su trayectoria como médico, sino también porque Emilio Ferreyra fue su primer director, desde 1943, aunque los problemas de salud que lo aquejaban, le impidieron ejercer el cargo como lo hubiera deseado. Tres años más tarde, el 11 de septiembre de 1946, a los 75 años, dejó de existir.