Un estamento deshilachado
“Necesitamos que los bonaerenses vuelvan a creer en la Justicia”, expresó a Ecos Diarios el presidente del Consejo Superior del Colegio de Abogados de la provincia de Buenos Aires, Bienvenido Rodríguez Basalo, en el marco de su visita para encabezar una reunión de las entidades que representa.
La frase no es una más, primero por quién la emitió, y fundamentalmente porque deja palmariamente expresado una grave situación: la gente cada vez cree menos en la Justicia.
Detrás de ese enunciado y de las demandas insatisfechas de los ciudadanos hay varias cuestiones que Rodríguez Basalo y las autoridades del Colegio de Abogados de nuestra ciudad vienen manifestando desde hace tiempo y que hacen a ese mal funcionamiento como ser las vacantes en distintos fueros que no son cubiertas desde hace tiempo, un mayor presupuesto y un punto clave que el dirigente no soslayó: “cambios legislativos que se deberían hacer”.
Sin profundizar en esta última expresión, bien se la puede ligar al sentimiento de la gente, que entiende que la “pata” de la Justicia, a través de algunos fallos garantistas sigue favoreciendo al delincuente por sobre las víctimas. Y es precisamente ese el germen del descreimiento de la gente.
Otro concepto instalado y abonado en los hechos desde hace mucho tiempo es el de la lentitud de la Justicia. En ellos tienen que ver los recursos y en ese aspecto ha habido un avance por el aporte de la tecnología e informática que bien utilizadas aceleran los procesos y lo hace más prolijos al remplazar a los expedientes y voluminosas causas en papel que hacen colapsar la comodidad de más de un juzgado.
El de la informatización, incluyendo la firma digital, es un adelanto. Pero también se hace necesario que los funcionarios que toman parte en los procesos o investigaciones, sobre todo en los hechos penales donde hay pérdida de vidas, actúen con el compromiso, profesionalidad y celeridad que amerita la cuestión.
Es esa una de las falencia que más críticas genera desde la ciudadanía, que hasta sospecha de la laxitud que exhiben muchos estamentos del Estado y que no se registran en la órbita privada.
Las recientes expresiones de la fiscal general del distrito, Analía Duarte, en una entrevista en la 97.9 La Costa FM, de algunas fiscalías sin responsables al haberse jubilado los anteriores y no haber sido remplazados, obviamente que hace más lenta cualquier investigación al escasear el personal para que la lleve a cabo.
El rol de la Justicia es vital para la vida de una sociedad organizada. Rige el derecho de los ciudadanos y ordena jurídicamente el desarrollo de una nación. En la Argentina está desflecada desde hace largo tiempo, adosada al poder de turno y hasta inconexa con las necesidades de la gente. Y lamentablemente nos estamos acostumbrando a que sea así.///