Un hombre falleció, tras sufrir un accidente doméstico
Había recibido una condenada de prisión de la Justicia Federal por ser parte de una “asociación ilícita fiscal”
Un hombre que se encontraba con arresto domiciliario y cumplía una condena de la Justicia Federal, sufrió un accidente doméstico en su vivienda y permaneció algunas horas con muerte cerebral.
La Policía y la Justicia tomaron conocimiento de lo ocurrido en un inmueble de calle 48 al 3200 y tiempo después se conoció que fue autorizado un operativo de ablación de órganos, siendo esta persona fallecida un donante poliorgánico.
Según informaron fuentes de la Fiscalía, se trataba de William Torena de León (60), quien fue hallado por personal policial con un fuerte golpe en la nuca y trasladado al Hospital Municipal en una ambulancia, con la participación de los agentes del Same.
En la vivienda de calle 48, estaba la expareja del hombre con un dispositivo de rastreo electrónico que tienen las personas con arresto domiciliario y son contraladas por el Servicio Penitenciario Federal.
Muerte cerebral
Luego de algunas horas de internación, desde el nosocomio se informó a la Seccional Primera de Policía por cuestiones de jurisdicción del deceso del hombre de 60 años y se dio aviso a la Fiscalía de turno, a cargo de Walter Pierrestegui.
El fiscal solicitó la intervención del médico forense Fabio Gabriele y también se hicieron las pericias de rigor en el inmueble que habitaba Torena de León, quien había sido sentenciado por la Justicia Federal en octubre de 2018, en una causa por evasión impositiva.
La Fiscalía también procuraba establecer cómo fue el accidente doméstico que sufrió el hombre en su casa, al tiempo que cuando llegaron los policías al inmueble, presentaba un fuerte golpe en la zona de la nuca e inflamaciones en uno de sus brazos.
Donó cinco órganos
Intervinieron los representantes locales del CUCAIBA y más tarde, se supo que llegó a Necochea un equipo de la Fundación Favaloro, cuyos integrantes constataron que se trataba de un donante poliorgánico.
Los profesionales pidieron la ablación y el médico forense Fabio Gabriele elevó el informe con el pedido desde la Fiscalía al Juzgado de Garantías, que tras analizar las pruebas reunidas, autorizó el procedimiento.
En consecuencia, se llevaron cinco órganos de esta persona que podrían ser utilizados en distintos trasplantes que realice la Fundación Favaloro, según indicaron fuentes judiciales consultadas anoche.
Los responsables de la UFI Nº 20, a cargo de Walter Pierrestegui, se mostraron satisfechos por la labor desarrollada en pocas horas con un trabajo articulado entre los profesionales de la salud, la Fiscalía y el Juzgado de Garantías.
Lógicamente, todo con la anuencia de la familia de William Torena de León, quien tenía 60 años y estaba con arresto domiciliario en Necochea, cumpliendo la condena del Tribunal Federal Nº 1 de Mar del Plata. /////
Condena por evasión impositiva
El 9 de octubre de 2018, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Mar del Plata halló culpables a cinco hombres de integrar una “asociación ilícita fiscal” con el fin de no pagar impuestos a la AFIP y los condenó con penas que van desde los 3 años y 6 meses a los 5 años.
En un juicio abreviado, el juez Roberto Falcone resolvió condenar a William Adolfo Torena de León, en calidad de jefe y organizador de la actividad ilícita, a penas de 5 años de prisión de cumplimiento efectivo.
La causa se inició a partir de las tareas de fiscalización desarrolladas por la AFIP sobre un conjunto de sociedades dedicadas a la comercialización de cereales en Necochea y alrededores.
Según quedó demostrado durante el juicio, en calidad de socios, directores, representantes y apoderados de las firmas, un grupo de personas formó parte de una organización destinada a cometer con habitualidad ilícitos tributarios durante los años 2008 y 2009.
Evasión al fisco
Esas empresas actuaban como intermediarias de productores de cereal que permanecen ocultos al Fisco Nacional, permitiéndoles evadir los correspondientes tributos.
Para ello, se valieron de proveedores apócrifos, librando cheques a favor de los mismos que posteriormente eran cobrados por algunos de los miembros de la organización o depositados en cuentas de las que ellos eran titulares.
Además, utilizaban cartas de porte adulteradas a fin de respaldar el traslado de cereal que no se produjo en esas circunstancias, ocultando así las verdaderas operaciones comerciales.