Un recorrido por comercios o empresas que marcaron una época
Una fábrica de fideos, un sanatorio y varios negocios céntricos de diversos rubros que quedaron en el recuerdo de generaciones
RAÚL JÁUREGUI
Redacción
Un paseo imaginario por comercios y empresas del centro de Necochea que ya no existen, fueron tema de la columna semanal basada en el archivo de Ecos Diarios, que integra el programa radial “Desde temprano”.
En principio se hizo mención a que en los años previos al 1900, cuando Necochea tenía apenas 17 años, no llegaban productos alimenticios de afuera, lo que propiciaba la manufactura en general.
En ese plano, entre 1898 y 1930, funcionó en la sede del Club Ameghino, en avenida 58 entre 63 y 65, la fábrica de fideos “La Perla”, propiedad de la familia Garré.
En el establecimiento también se elaboraba harinas de maíz y sémola. Y un detalle es que llegó a producir los 100.000 kilogramos de fideos anuales.
Bajo esa repercusión, la firma obtuvo por la calidad de sus productos la medalla de oro en una exposición llevada a cabo en 1917 en la ciudad italiana de Milán.
Sanatorio “Necochea”
En la continuidad de la columna en Ecos Radio se recordó al Sanatorio “Necochea”, que existiera en lo que hoy es el jardín de infantes del Instituto Nuestra Señora del Rosario, en calle 61 entre 60 y 62.
El mismo se reconstruyó en una antigua casona que había pertenecido a Alejandro Calzada padre, de manera que cobró las comodidades para ser una clínica.
En 1946, coincidente con la inauguración de un moderno quirófano y el servicio de transfusión de sangre, quedaba integrado un nuevo directorio, que entre otros integrantes contaba a los profesionales José Brun, Néstor Montangero y José García Landera, que en su momento fueran intendentes (el tercero le da nombre al Hogar de Ancianos de ruta 86 y Juan Belisario Flores, cuyo nombre lleva el centro de salud del barrio Oeste.
El establecimiento, no pudo sortear dificultades económicas y cambios de directorio y terminó cerrando a fines de 1962.

Negocios en calle 61
Haciendo foco en el área céntrica de calle 61, en su intersección con la 66 (frente a la peluquería), hubo en su momento un restaurante tipo cantina que trabajaba bien y se llamaba “Vía Roma”. También había estado en el lugar un hotel llamado “Victoria” y más adelante en el tiempo la distribuidora Central de publicaciones, de la familia Otero.
En tanto en la esquina de 61 y 64, frente al Banco Provincia, donde hay varios locales y una confitería, antiguamente en los tiempos que había pocos automóviles existió el mercado general de frutas y verduras de la familia Aprea al que acudían los carros. De hecho, el piso del lugar era de adoquines para que entraran dichos carromatos a cargar mercadería.
Posteriormente tuvo su sede en ese lugar la mueblería “Royal”, de la familia Abraham, y más adelante en el tiempo una cancha de pádel , en la primera etapa de furor de este deporte en los 90.
En cruz con esa esquina, donde hoy existe un kiosko estuvo primero Casa Tabarez, hasta su construcción de local propio en 61 y 62, donde hay una confitería actualmente y posteriormente la mueblería Ostende, de los hermanos Cao.
Enfrente de la misma, donde está situado el Bingo Golden Palace, funcionó el supermercado El ABC, de la firma Márquez, Choperena y Alonso.
A su vez, se recordó que por aquellos tiempos en todas las calles de Necochea eran de doble mano para la circulación vehicular. Una situación que duró hasta 1952, en que se dispuso el diagrama actual remplazando con números a sus nombres y cambiando la altura de la numeración de las calles, en este caso con punto cero en el río y mar, respectivamente.

Casa “Ñaró”
Seguidamente se hizo mención a la esquina de 59 y 64, donde desde hace años funciona un comercio de ropa infantil. Un lugar con una rica historia.
Allí en principio funcionó el hotel de Juan Galparsoro, que en sus inicios también tuviera el primer horno de ladrillos de la ciudad e integrara junto a las familias Ardanaz y Lafforgue la firma que construyó la Galería Central.
El edificio fue comprado en noviembre de 1946 por el ingeniero Flavio Urrutia, quien levantó el local principal de esa esquina y sus anexos por avenida 59 y calle 64.
En la oportunidad se reveló una sabrosa anécdota: uno de los albañiles de esa obra era un italiano recién llegado de su país y que su oficio en Italia había sido el de joyero.
Lo cierto es que cuando culminó la obra de los locales, un año después, Urrutia le ofreció a ese “tano” de apellido Saccone el alquiler de un local y allí empezó la tradicional joyería que hoy siguen adelante sus hijas.
El negocio más recordado que hubo en esa equina fue una de las sucursales de Casa “Ñaró”, dedicada a la venta de ropa masculina, en especial trajes, camisas y pantalones de fibras secas y que comercializaba la marca Suixtil.
“Ñaró” funcionó en la década del 50 y hasta avanzados los 80, cuando dejó de usarse el traje en forma masiva.
Posteriormente funcionó en su etapa inicial una zapatería que luego levantara su sede propia en 59 y 60, junto a una serie de locales contiguos. En tanto en el primer piso de la propiedad, sobre la zapatería se encontraba la cafetería, pool y videos “Jeremías”.

Una ráfaga de recuerdos
En un repaso final de otros negocios ya desaparecidos se hizo mención a la Hidalgo Solá en 62 y 61, antes tienda Molinari; enfrente la enorme zapatería Ideal, donde hoy existe una chocolatería; ferretería La Marina, en 59 y 64, donde hay una confitería; Casa Jaca, heredera del enorme almacén Euskalduna, ubicada en la galería abierta de locales de la esquina de 62 y 63.
Jaca funcionó hasta principios de la década del 80, siendo un comercio de ramos generales, que ciertamente fuera el antecedente de los supermercados de hoy. De hecho, luego se ubicó en el lugar la Cooperativa Obrera, con una de sus sucursales “Supercoop”, que era un local de este tipo.
También sobresalió en el centro, Grandes tiendas Casa Gómez, en 59 y 64, que en su momento tenía una confitería, y donde se podía adquirir ropa y calzados para todas las edades, telas, blanquería, perfumería y accesorios; y en la otra esquina (59 y 62) la sucursal local de la tienda Aduriz, donde hoy está la confitería Fedra. En épocas más lejanas casa “Galli”, en 61 y 62.
También hubo una época de casa exclusivas de ropa como la tienda Santa Rosa, en 61 y 62, donde hoy hay un negocio de accesorios y la exclusiva de caballeros Bolpe Vitienes, en 66 casi 59 o Credilana Sport, de la familia Orte, que marcó una época en 59 casi 66.
También marcaron su tiempo casa Cardoni, en 59 entre 64 y 66, donde hoy existe un comercio de electrodomésticos; la recordada agencia de lotería Irupé, en 59 casi 62, de la familia Sánchez, con Rogelio a la cabeza y en 59 y 70, donde existe hoy un comercio de artículos del hogar, el popular restaurant de Di Giorgio, que trabajaba mucho con gente de campo. El lugar tuvo en principio en la parte delantera un despacho de bebidas y atrás el sector de comidas.
Por su parte en 59 y 60, donde hoy hay un comercio del rubro de la bicicleta, funcionó por muchos años la agencia Ford, que perteneciera a la familia Bosisio.
La columna completa se puede escuchar en el Spotify de Ecos Radio.
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