Un recorrido por los hoteles que ha tenido el Centro necochense
La incidencia de la estación de ferrocarril. El recuerdo de trece establecimientos que tuvieran buena demanda de huéspedes
RAÚL JÁUREGUI
Redacción
El recuerdo, con anecdóticos detalles, de trece hoteles que tuviera el llamado “Centro viejo” de Necochea, fue tema de la columna basada en el archivo de Ecos Diarios, que cada miércoles se ofrece en Ecos Radio durante el programa “Desde Temprano”.
Indudablemente que la necesidad de contar con alojamientos en la zona central de la ciudad tuvo que ver con la existencia de la estación del ferrocarril (en calles 45 y 62), que tuvo vida entre 1894 y diciembre de 1968.
A principios del siglo pasado
Es así que en las primeras décadas del siglo pasado hubo cuatro establecimientos de edificios imponentes, todos ubicados en esquinas, de los cuales hoy no quedan rastros.
En la intersección de 59 y 62, donde hoy existe un maxiquiosco, se erigía lo que fuera el primer hotel de envergadura en el centro de la ciudad: el Liverpool, de la firma Fernández y Faidella, cuyas instalaciones eran tan amplias que llegaban hasta la actual sede del Banco Santander Río.
A una cuadra de allí, en 59 y 64 donde actualmente hay un negocio de ropa para niños, funcionó por muchos años el Grand Hotel, de Juan Galparsoro, empresario que conformaría, junto a Ardanaz y Lafforgue la firma que a principios de los 60 construyó y administró la Gran Galería Central.
Donde desde hace años hay un baldío, en 59 y 66, en su momento brindó servicio, en años que las demás vestían con amplios vestidos y sombreros y los hombres con trajes y también con su cabeza cubierta, el Hotel Vasconia, de Fermín Galparsoro.
La imponente edificación había sido diseñada por un arquitecto ruso de apellido Salamandekov.
Este trébol de cuatro hojas de hoteles céntricos se completaba con el
Gran Hotel España, luego Central, que era propiedad de Zubillaga y Zubigaray, ubicado en 63 y 64, donde hoy también hay un baldío
Según una publicación de 1930, estaba “dotado de instalaciones modernas, con 33 habitaciones bien amuebladas y un salón comedor con capacidad para más de 120 comensales”.

Más acá en el tiempo
A medida que el tiempo fue avanzando surgieron otros establecimientos. Entre ellos se mencionó el establecimiento “La Aurora”, de Eliseo López, que estaba ubicado frente a la estación de trenes, en calles 62 y 55.
En este repaso de hoteles céntricos por Ecos Radio también se recordó al “Cervantes”, en la esquina de 52 y 59, que también tuviera un concurrido restaurante. Perteneció a la familia Salvador y funcionó hasta bien avanzada la década del 70. Fue uno de los establecimientos más prestigiosos.
Otros sitios de alojamiento fueron en su momento el “Costa Rica”, que estuviera en lo que hoy es la sede del sindicato de Empleados de Comercio, en 59 entre 68 y 70. En realidad era un restaurante con algunas habitaciones en su parte trasera, y que tuvo como dueños a Alberto Muñoz y José Amaya.
A poco más de una cuadra de allí, en 59 casi 66 funcionó durante años el hotel “Center”, donde hoy existe un edificio que tardó en construirse y que muchos recuerdan porque en el subsuelo por muchos años existió un bowling y pizzería con el nombre de “Universal”.
Otro de los establecimientos mencionados es el “Montecarlo” que existió en la década del 60 en la esquina de 55 y 60, hoy sede de la Aduana.
En ese lugar antes había existido la maternidad que tuvo como dueño al Dr. Aguerre, cuyas habitaciones bien se adaptaron como hotel.
Recuerdo cercano
En los últimos tiempos hubo otros dos hoteles: el “Gala” y el “Acapulco”.
El primero funcionó hasta enero de 2020, con 25 años de permanencia en 57 casi 62, y fue inaugurado por Vicente Amore.
El lugar se hizo tristemente célebre porque en una de sus habitaciones falleció en agosto de 2011 el cantante de cumbia romántica Leo Mattioli.
El “Acapulco”, que hoy pertenece a Roberto González Mendizábal y familia, estuvo abierto hasta la pandemia.
El lugar, ubicado en calle 52 entre 59 y 61, fue abierto a mediados de la década del 30 con otro nombre, perteneciendo a una persona de apellido Lluna.
Una curiosidad es que a mediados de los 70 el establecimiento fue adquirido y explotado por unos tres años por el famoso actor Juan Carlos Thorry, que brillara durante varias décadas en el espectáculo nacional, actuando en cine, televisión y teatro con figuras como Mirtha Legrand, Niní Marshall y Zully Moreno, entre otras.
Hoy existen dos
De aquellos tiempos de esplendor del servicio hotelero en el centro comercial de Necochea, apenas quedan en funciones dos establecimientos y ambos en la calle 62: el “Colón” y el “Solchaga”, ambos con un largo historial.
El primero ubicado entre calles 61 y 63 es explotado desde hace poco más de 60 años por Emilio Stautz y familia. Se estima que el edificio, que fue remodelado, tiene no menos de 75 años de existencia, ya que antes del propietario actual había pertenecido a un vecino de apellido Alonso.
En cuanto al “Solchaga”, que hoy es dirigido por integrantes de la tercera y cuarta generación de la familia del mismo apellido, tuvo su primera sede entre la década del 40 y hasta 1958, denominado por entonces pensión-comedor, en avenida 59 entre 54 y 56, a metros de la Farmacia de la Sociedad Española. El establecimiento contó con un anexo en 57 casi 54, hoy un establecimiento geriátrico.
Una acotación al paso es que hasta 1965, en que fue inaugurada la Terminal de Ómnibus, los colectivos que viajaban a Buenos Aires, como “El Cóndor”, “La Estrella” y “Costera Criolla” tenían sus paradas frente al Solchaga y una cuadra más allá, en 59 y 52, donde hoy existe una casa de artículos de hogar.
La actual sede del “Solchaga”, en 62 entre 57 y 59 fue inaugurada como residencial el 30 de enero de 1965 por Raúl Solchaga. Cuenta con 26 habitaciones.
Choferes de ómnibus de larga distancia y viajantes predominan entre los clientes de los dos establecimientos vigentes.
La columna completa se puede escuchar en el Spotify de Ecos Radio.
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