Un vínculo material en medio del aislamiento
Debido a que muchos de los chicos a los que asisten no cuentan con acceso a Internet, la asociación civil La Subida debió encontrar una forma para seguir en contacto con ellos
“La cuarentena ha hecho un estrago, un daño grande en los espacios de contención para los niños en situación de vulnerabilidad”, señaló Arturo Serrano, integrante de la asociación civil La Subida.
Esta ONG que trabaja desde hace años en los barrios, muchos de ellos en condiciones socioeconómicas delicadas, debió adaptarse en los últimos meses a las restricciones impuestas a partir de la cuarentena.
La primera consecuencia del aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO), fue que los chicos debieron dejar de ir a la escuela y a cualquier otra actividad extracurricular que desarrollaran en su tiempo libre.
Para muchos esto significó simplemente quedarse en sus casas, pero para otros chicos fue mucho más que eso.
“Nosotros en La Subida trabajamos con muchos niños en situación de vulnerabilidad”, explicó Serrano. “Sabemos que tanto la escuela como los talleres que nosotros brindamos, son espacios de contención en el contexto cotidiano complicado que tienen en sus casas”.
Si bien el hogar debería ser el lugar donde los chicos están más seguros y protegidos, en condiciones de fragilidad social, la casa se puede convertir en un sitio donde quedan expuestos a la violencia doméstica y a las carencias provocadas por la fragilidad económica de sus familias.
“Son chicos que están en ámbitos donde, por la fragilidad social de sus familias, no se los puede contener bien”, explicó Serrano. “Para ellos la escuela o un espacio como el nuestro, les permitía recibir contención”.
Fuera de línea
Si bien muchas entidades se adaptaron a la “virtualidad”, La Subida se encontró con la dificultad de que muchos de los chicos que concurren a sus talleres no contaban con acceso a Internet.
Por ello, desde la organización se debió repensar una manera de llegar hasta este sector vulnerable de la población y la solución fue crear cuadernillos con distintas actividades y algunos materiales, como lápices de colores, para que los chicos puedan desarrollar algunas propuestas artísticas en sus casas.
Para lograrlo, La Subida utilizó la infraestructura creada hace años para publicar la revista Te les copio, que se elabora en los talleres con material generados por los chicos.
“Vimos la necesidad de llegar a los chicos de manera material, así que a través de referentes barriales, les hicimos llegar la revista con lápices y otros materiales”, indicó Serrano.
De esta manera, unos 150 chicos del barrio Puerto y de Quequén recibieron una primera edición de las revistas en mayo y la semana pasada una segunda edición elaborada por el propio equipo de trabajo de La Subida.
El material fue entregado en el Centro de Salud del barrio Puerto, en el comedor Puente Colgante y la Escuela 46 de Quequén y también en el barrio Norte, a través del Centro de Educación Complementario.
A pesar de que La Subida sigue con su trabajo para llevar contención a los chicos a través de referentes de otras instituciones, Serrano explicó que “la red se debilitó muchísimo por la cuarentena”.
Proyectos
En 2007, con la idea de mantener en el tiempo el trabajo en los barrios impulsados desde la Escuela Municipal de Arte de Quequén, surgió la asociación civil La Subida.
El objetivo siempre estuvo muy claro: acercar el arte a los chicos, en especial a aquellos que por diversas cuestiones económicas o sociales no tienen acceso al ámbito cultural o se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Tras tantos años de trabajo, los miembros de la asociación decidieron integrar como talleristas a muchos adolescentes y jóvenes que desde niños participaron en las actividades de La Subida.
Este y otros proyectos se han visto frustrados por la cuarentena que impide el normal funcionamiento de entidades como La Subida. No obstante, la organización no baja los brazos y continúa con su trabajo.///