Una antigua farola, motivo disputa
En diciembre de 1983, con la vuelta de la democracia, el Concejo Deliberante restauró el antiguo escudo municipal, que había sido reemplazado de facto durante el gobierno militar
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Ecos Diarios
Con la vuelta de la democracia, el 22 de diciembre de 1983, el Concejo Deliberante aprobó sobre tablas una ordenanza que restauraba el antiguo escudo de la ciudad.
De esta forma se ponía fin a un largo litigio que tuvo como motivo de disputa el diseño del escudo, modificado de facto durante la dictadura militar.
El 23 de mayo de 1977 las autoridades municipales informaron que había sido reemplazado el antiguo escudo del Partido de Necochea, por entenderse que contenía elementos que no eran representativos del distrito.
Esa resolución fue motivo de discusión durante años y, con el advenimiento de la democracia, una de las primeras medidas tomadas por el gobierno municipal fue, precisamente, la restitución del antiguo símbolo.
La medida que provocó la controversia en realidad fue tomada el 10 de enero de 1977, mediante la ordenanza 1632, firmada por el comisionado municipal Alberto Percario y el secretario de Gobierno y Hacienda, Andrés Zabala (h).
La ordenanza consideraba que “el actual escudo de este partido no es representativo del mismo por contener elementos pertenecientes a partidos vecinos”.
En el escudo original se ve el mar, una embarcación de velas, el acceso al Río Quequén, un galpón y una farola.
Una de las figuras que se cuestionaba la ordenanza, era el faro, ya que, según sostenían los impulsores del cambio, no se encontraba en nuestro distrito, sino en el partido Lobería, dado que Quequén pertenecía a la vecina jurisdicción.
Por tal motivo las autoridades municipales resolvieron adoptar “el escudo heráldico de la familia Necochea, según descripción en el Diccionario Nobiliario de Atienza, siendo esta la siguiente: escudo cortado por una faja de oro, lo alto de azur, con una cabeza de Rey Moro, y lo bajo también de azur, con un chevrón de oro, y en punta, tres montes al natural”.
Cuestionamientos
Según un escrito del historiador Egisto Ratti, el expediente que da nacimiento a la ordenanza 1632 se origina en una circular general de asuntos municipales de la Gobernación de la Provincia que expresaba el deseo del gobierno bonaerense de que todas las municipalidades tuvieran sus escudos.
Aquel municipio que no tuviera escudo, debía llamar a concurso para diseñar uno. Pero Necochea contaba con escudo propio desde la fundación.
Pero las autoridades municipales consideraron que el escudo primitivo tenía símbolos ajenos al partido. Más precisamente lo que parecía un faro en la desembocadura del río.
La discusión se debía a que Quequén pertenecía entonces al partido de Lobería y el único faro de la zona se encontraba en esa localidad, no en Necochea, por eso se indicaba que esa figura en el escudo no representaba al distrito.
Sin embargo, Ratti señala que el faro cuestionado no es el Faro de Quequén, sino una estilización de la primitiva farola que existía en la desembocadura del río, del lado de Necochea.
“¿Cómo puede confundirse este faro con el de Quequén cuando en el escudo de 1881 ya existía?”, preguntaba el historiador. Es que el faro quequenense fue erigido recién en 1924.
La decisión del gobierno municipal provocó diversas reacciones. El doctor Carlos Alberto Veiga publicó una carta abierta dirigida al intendente municipal. En el texto de la solicitada consideraba “falto de oportunidad el acto meramente administrativo que sin consulta cambia un emblema que pertenece a la tradición de Necochea”.
“Que si bien es cierto que el antiguo escudo no representaba totalmente lugares o cosas propias de nuestra ciudad, no es menos cierto que la figura de un rey nada tiene que ver con nuestra idiosincrasia y con nuestro espíritu republicano”, añadía.
Veiga consideraba “inadecuada la elección de un escudo de armas como emblema de la ciudad, ya que esta idea podría agraviar a los mismos patriotas que se pretende honrar, si juzgamos por lo resuelto por la Asamblea de 1813 que prohibió la colocación en la fachada de las casas y demás parajes públicos de armas, jeroglíficos o distintivos de nobleza, que digan relación a señaladas familias que por este medio aspiren a singularizarse a los demás”.
Faro o farola
Sin embargo, como ya había señalado Ratti, no debían considerarse ajenas a nuestro distrito las imágenes del antiguo escudo de la ciudad.
Según un artículo publicado en Ecos Diarios en mayo de 1982, ya en el libro Nº 1 del Concejo Deliberante de Necochea, iniciado en 1883, al pie de las actas de las secciones y junto con la firma de los ediles, hay estampado un sello con el primer escudo de la ciudad.
La imagen muestra el mar, un sol naciente con trece rayos y la desembocadura del Río Quequén. También se ve un velero de dos palos y a la derecha, sobre la costa necochense del río, un galpón y una farola.
Por tal motivo, existen dos pruebas rotundas que derriban las teorías de quienes sostienen que el faro que se ve en la imagen es el de Quequén, en el Partido de Lobería. Por un lado, el Faro de Quequén no se fundó hasta 30 años después de la creación del escudo y por otro, la farola que se ve en la imagen se encuentra en la ribera del río donde hoy se ubica la Escollera Sur, es decir, del lado de Necochea.
Reclamo
Al final de la Guerra de Malvinas, el tema del escudo recobró fuerza, ya como un símbolo del deseo ferviente de los necochenses de que regresara la democracia. El 10 de julio de 1982, la editorial de Ecos Diarios estuvo dedicado al escudo.
La nota señalaba que se seguía utilizando el escudo en el que “aparece la extraña y barbuda cabeza de un rey moro y que presuntamente sería el blasón de alguna remota rama familiar del general argentino Mariano Necochea”.
“Aparte de que la ilustre memoria del héroe epónimo ya está perpetuada en la estatua ecuestre de la plaza Dardo Rocha, no había mediado para la referida suplantación ninguna circunstancia justificada ni estética, ni histórica, ni alegórica. No había mediado tampoco ningún movimiento vecinal que explicara cuando menos la consideración del tema, no ya su resolución por autoridades provisionales”, señalaba el editorialista.
El artículo señalaba que el auténtico escudo necochense, que databa de la época del nacimiento de nuestra ciudad, respondía a la inspiración de los fundadores y el modelo fue ligeramente mejorado en el aspecto estético por el Concejo Deliberante del distrito en el año 1931, conservando la idea original.
“Los pueblos que olvidan las tradiciones y reniegan de sus símbolos, son ingratos con los precursores que fijaron su destino. El nuestro no ha querido serlo. Si en este tiempo no se procediera a restablecer el histórico escudo necochense, el futuro gobierno municipal representativo habría de hacerlo con toda seguridad”, concluía.
Efectivamente, con la vuelta de la democracia, el 22 de diciembre de 1983, el Concejo Deliberante aprobó la ordenanza que restauró el antiguo escudo de la ciudad.///
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