Una fiesta que homenajeaba a los pescadores
Tuvo sus inicios en la década del ’70, atraía a una multitud de vecinos y turistas. Contó con la participación de artistas destacados y fue una de los eventos más esperados en la temporada de verano
Al mirar las fotos del Archivo de Ecos Diarios, se puede apreciar la magnitud y la importancia que tenía la Fiesta de los Pescadores en nuestra ciudad. Este evento homenajeaba a quienes se dedicaban a esta actividad y con el paso de los años dejó de realizarse.
La fiesta tuvo sus inicios en la década del ’70, atraía a una multitud de vecinos y turistas en el mes de febrero y con el tiempo se fue cambiando la fecha hasta realizarse en la Semana Santa. La fiesta de los Pescadores contó con la participación de artistas destacados y fue una de las fiestas más esperadas en la temporada.
En sus comienzos se celebraba la “Semana del pescador” y luego se redujo a tres días, pero igualmente, se organizaban numerosas actividades para toda la familia que se desarrollaban en la zona portuaria.
Una de las actividades más populares era el tradicional baile que se efectuaba en horas de la noche en la banquina de pescadores de Puerto Quequén y luego se procedía a la elección de la reina, un cetro que muchas jóvenes querían ganar.
La fiesta atraía a grandes y chicos ya que se podía disfrutar de animados espectáculos con artistas invitados de nivel nacional y también de nuestra ciudad.
Algunas de las figuras destacadas que pisaron el escenario en la Fiesta de los Pescadores fueron la cantante Teresa Parodi, Valeria Lynch, Antonio Tarragó Ros, Ricky Maravilla, Manuel Wirtz, el dúo Pimpinela, La Mancha de Rolando, Los Auténticos Decadentes y dos figuras del Teatro Colón como eran la soprano Marina Biasotti y el tenor Mauro Esposito, entre otros.
Asimismo, fueron numerosos los artistas y bandas locales que participaron a lo largo de las ediciones como por ejemplo Los Reyes de la Cumbia, Tenor 4, Juan Carlos Gesualdi y su banda, María Marta, el coro del Centro Vasco y los cuerpos de baile de las colectividades danesa, española, chilena y árabe.
También participaron la banda In Extremis, Belén y El Duque, integrado por Eduardo Nocetti y María Belén Steingold, Reina Sabá, el grupo Fantasía, el Trio MAF, Los Esteños, Luz de Luna, Pampa Cruz, Fito Pinzone, Pablo Salvatierra, además actuaban las guardias de Necochea.
Durante los días que se desarrollaba la fiesta se vivían momentos de mucha alegría ya que además se hacían paseos en las tradicionales lanchas amarillas para todo el público de forma gratuita, se realizaban concursos de manchas para chicos de 9 a 18 años, se organizaba un programa náutico en la pileta de Quequén, donde hacían variados juegos como “Suelta de ganso”, carrera de palo enjabonado, competencias de natación para libres, 1.000 metros y 200 metros para pescadores veteranos.
Lo gastronómico también captaba la atención del público dado que podían degustar diferentes preparaciones que organizaban las instituciones intermedias en sus stands.
Asimismo, se abrían las cantinas y vendían desde empanadas, pizzas, golosinas, choripanes, cazuelas, hamburguesas, pescado, rabas, tallarines, empanadas de pescado, mariscos, calamares, etc.
Con esta fiesta se homenajeaba a los hombres de mar, se colocaban ofrendas florales en el monumento a los pescadores, se bendecían las aguas, se hacía una procesión náutica con las imágenes de la Virgen de Lourdes y Stella Maris.
Se oficiaba una misa a cargo del padre Jesús Domaica, que era quien estaba a cargo de la Capilla de la Medalla Milagrosa, ubicada en la zona portuaria donde se oraba por los hombres de mar y por los pescadores que perdieron sus vidas durante su esforzado trabajo.
Luego de Domaica quien continuó con esta celebración religiosa fue Justino Fernández, quien actualmente está a cargo de la capilla.
Era tal la importancia que tenía esta fiesta en nuestra ciudad que participaban autoridades de nivel provincial y formaba parte de las agendas turísticas.
Iniciativa
Con el tiempo la fiesta se dejó de hacer, la producción del sector pesquero se fue deteriorando, los organizadores de antes dejaron de existir y la fiesta también perdió el entusiasmo de los vecinos para organizarla.
Luego volvió a realizarse en 2001 y nuevamente no tuvo continuidad hasta el año 2008, cuando se hizo el relanzamiento de la fiesta.
La siguiente fiesta recién se llevó a cabo en el año 2012, cuando la Cooperativa Industria Pesquera “La Recuperada” tomó la posta y se sumaron otros trabajadores de Engraulis e Incoop.
Este grupo de personas intentaron trasmitir el entusiasmo y alegría, volver a recordar viejas épocas, siendo una fiesta con mucha historia que no se la quería dejar morir. Al mismo tiempo se buscaba reivindicar la zona portuaria que es tan importante para la ciudad.
Hoy, sólo quedan fotos, lindos recuerdos y momentos que cada uno de los que visitó esta fiesta guarda en su mente y que al viajar tiempo atrás con la memoria, deja una sonrisa en el rostro.///
Postales del pasado
La fiesta de los pescadores tuvo su época de oro cuando la actividad portuaria estaba en su auge. Las viejas postales muestran paisajes muy pintorescos en el paseo donde podía disfrutar toda la familia, inclusive las amas de casa iban directamente a la barranca de los pescadores y cuando llegaban las lanchas amarillas, podían comprar el pescado fresco de primera mano.
Todas las temporadas, el sector portuario era una fiesta tanto de día como de noche, había intenso movimiento no sólo por la operatoria del puerto que se podía a apreciar a pocos metros, sino por la descarga de las lanchas, ver en primer plano el trabajo de los pescadores, además de los comercios gastronómicos que eran muchos más que ahora, donde se podían comer los frutos del mar.
Inclusive, hace más de 50 años el barrio portuario era todo baldío, había muy pocas casas y la Avenida 59 era una sola mano hasta la calle 34.
Un lindo espectáculo para los chicos del barrio era ver salir del puerto a todos los obreros en sus bicicletas cuando sonaba la famosa “vaca”, que era una sirena que tocaba a las 12 del mediodía. Y era algo atractivo para los chicos porque veían 130 bicicletas todas juntas, y los obreros paraban en los sucesivos bares a tomar una copa para luego continuar con su trabajo. En este sector había un bar cada cuatro o cinco cuadras.
En este barrio de la ciudad se habían asentado mucha gente que se dedicaba a la pesca, inmigrantes, que eran todos familiares.
A través de amistades y vínculos que se forjaban en la escuela, había hijos de pescadores y los chicos del barrio conocían a las familias, el trabajo de los pescadores y el mundo de la pesca, que en aquella época tenia mucho auge.
Eran años donde uno se podía acercar hasta la orilla del río, se accedía hasta la barranca de los pescadores, que era un lugar turístico, donde las lanchas descargaban los cajones, había cantinas, locales típicos, pero con la inundación de 1980, no quedó nada.
La creciente del río arrasó con todo ese lateral y cuando lo reconstruyeron armaron muelles altos con amarraderos para barcos grandes, quedando a un lado las lanchas.
La inundación y la destrucción generó un impacto letal para el sector portuario. La pérdida del puente Ezcurra afectó al comercio, el movimiento de gente, cambió el tránsito de los micros, inclusive se perdió la operatoria del puerto.
Este sector dejó de ser un paseo como era antes, y hoy en día hay muy pocas cantinas, que reciben a los turistas. ///