Una muestra recorre el legado de la pintora Aída Carballo
“Entre el sueño y la realidad”, se vio por primera vez en junio de 2009 y de allí itineró a distintos puntos del país
La exposición dedicada a la destacada grabadora, ceramista, dibujante, ilustradora y pintora argentina Aída Carballo (1916-1985), fue inaugurada el jueves pasado en La Rioja, en el espacio de arte de la Filial OSDE, en lo que constituye la novena parada de una itinerancia que comenzó en el 2009 en la ciudad de Buenos Aires y que ya pasó por Misiones, Salta, Córdoba (Villa María y capital), Tandil, Pergamino y La Plata.
Curada por Gabriela Vicente Irrazabal, la exposición propone transitar el mundo de la artista a través de su legado tanto plástico como literario, desde sus series más emblemáticas, pasando por sus obras premiadas y recorriendo las distintas disciplinas artísticas que exploró.
Gran parte de la producción artística de Aída Carballo está dividida en series, la primera data del año 1963: “Los locos”, título nada aleatorio considerando que ella misma fue diagnosticada con delirios y alucinaciones y tuvo varias internaciones a lo largo de su vida.
Dos años después exhibió seis litografías de su nueva serie, “Los amantes” y en 1967 aparecieron “Los levitantes”. A continuación, mostró “Los colectivos” y, finalmente, en el año 1975 presentó su última serie, “Las muñecas”.
“Yo creo tener dos fuentes de inspiración […] Una muy irracional, sumergida en una zona inconsciente, sutil. Y la otra el entorno. Yo extraigo la anécdota de los aconteceres cotidianos: del colectivo repleto, de la calle, de los patios, de los vecinos, así como viene de afuera yo lo recibo y lo asocio a aquella sensación interior. Así hago que confluyan ambos ríos”, escribió alguna vez la propia artista.
Según explica la curadora, “todo lo que a Aída le interesaba tenía que ver con su entorno. Las casas y sus zaguanes, las terrazas y vistas urbanas, sus vecinos y sus gatos. Transitó por la abstracción y por el movimiento pop. Retratos y autorretratos son otro tema recurrente, lo autorreferencial también está presente en su obra; el deseo de Aída es hacernos partícipe de su vida. Casi como una corresponsal o una cronista va dejando un registro preciso y precioso de sus pasos”.
Carballo fue alumna de Pío Collivadino, egresó de la Escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón en 1937 y continuó su formación en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova.
Vivió en Francia entre 1958 y 1960 y participó en la Bienal de México. Recibió su primer premio en el año 1948 y a partir de ahí inicia su conquista de reconocimientos artísticos tanto en el país como en el exterior.
En 1996, el Museo Nacional de Bellas Artes le dedicó una muestra retrospectiva póstuma, con los hitos de su producción.
Esta muestra, “Entre el sueño y la realidad”, se vio por primera vez en el Espacio de arte de la Fundación Osde de Buenos Aires en junio de 2009 y de allí itineró al Museo Juan Yaparí de Posadas (2009), al Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Salta (2010), al espacio de arte Osde Filial de Villa María, Córdoba (2010), al Museo de Bellas Artes de Tandil (MUMBAT) en 2015, al espacio de arte Osde Filial Pergamino (2015), al Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti de La Plata (2016) y al espacio de arte Osde filial Córdoba (2016).
Datos
Aída Carballo (1916 -1985) fue una grabadora, dibujante, pintora surrealista, ilustradora, ceramista y maestra de pintores argentina. El crítico Ernesto Schoo la definió como Goya con ternura y escribió la pasajera que se bajó en la estación equivocada y que, no obstante, se quedó a vivir aquí, movida por la curiosidad y, sobre todo, por la compasión.
Su padre fue Raúl Carballo, diputado socialista y ella fue alumna de Pío Collivadino. Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y Escuela Superior de Bellas Artes de la Nación Ernesto de la Cárcova.
Vivió en Francia entre 1958 y 1960 y participó en la Bienal de México. Recibió numerosas distinciones en Argentina y en el extranjero, en 1982 el Premio Konex por grabado.
A partir del fallecimiento de su padre en 1952, la artista sufrió varias internaciones en hospitales psiquiátricos a través de su vida. Valorada entre sus colegas, fue una artista de culto, sin la popularidad y reconocimiento que mereció en vida.
Entre sus discípulos figuran Fermín Eguía, Eduardo Iglesias Brickles, Cristina Santander, Ana Tarsia, Bibiana Martin, Marcia Schwartz, Marta Belmes, María Inés Tapia Vera, Norma Bessouet, Natalia Kohen, Pablo Páez y Dan Arenzon.