Una obra paralizada de Uatre con pésima imagen
El edificio del exHotel Marino cada vez más deteriorado en su exterior y rodeado de yuyos en las veredas, se convirtió en un nuevo lunar de la Villa Díaz Vélez. Una estructura de 109 años
La obra que se proyectó para el exHotel Marino, desde hace tiempo no presenta ningún avance y casi se podría decir que está paralizada. Mientras tanto el edificio luce vallado y rodeado de yuyos y pastos altos en las veredas, lo que da cuenta del abandono en el que se ha convertido la esquina de 79 y 4, en plena Villa Díaz Vélez.
A fines de 2011, la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) anunció la compra del histórico edificio y presentó un proyecto de recuperación, remodelación y ampliación por más de 60 millones de pesos que prometía convertir el lugar en un establecimiento hotelero turístico de entre 4 y 5 estrellas.
Finalmente la obra se inició en 2014. Se cercó el edificio y arrancaron los primeros trabajos en el techo, ya que la primera etapa consistía en la recuperación de la estructura histórica, la remodelación de las habitaciones y la demolición del chalet que está junto al hotel, algo que se preveía que iba a durar dos años y medio aproximadamente.
La obra nunca tuvo un ritmo acelerado, pero de a poco avanzaba. Sin embargo, desde hace unos meses, no se ve movimiento alguno de trabajo en construcción. No se ven camiones llegar con materiales ni numerosos obreros entrando y saliendo, que es lo que requeriría una obra de estas características.
Además el edificio se ve abandonado. El cerco, que tiene fotos antiguas de la ciudad, está estropeado y lleno de grafitis. Las veredas rotas, tienen yuyos, pastos altos y hasta basura entre los huecos.
Las paredes del viejo hotel, están cada vez más deterioradas. Mamposterías caídas, postigones que faltan, algunos abiertos y otros cerrados. Las palomas sobrevuelan la esquina constantemente porque buscan los lugares de techos altos, abandonados y sucios.
Lamentablemente, el Hotel Marino se ha convertido en un nuevo lunar de la Villa Díaz Vélez. Sin embargo, a diferencia de otras estructuras abandonadas, que fueron hoteles en su momento, en este caso, se sabe quienes son los dueños y además fue el mismo gremio propietario el que anunció, con bombos y platillos, la esperada remodelación que está lejos de concretarse.
El proyecto contemplaba la preservación de la fachada arquitectónica del inmueble, la refuncionalización y ampliación de los ambientes existentes, la construcción de una torre de habitaciones, además de cocheras, spa, gimnasio, pileta climatizada, un microcine, un café cultural, por nombrar sólo algunos de los servicios que se iban a ofrecer.
Un poco de historia
Le llamaron la Belle Epoque, la época bella. Fueron los años que precedieron a la Primera Guerra Mundial. En nuestro país, significó un tiempo de progreso y pujanza, los años de consolidación de la república.
Fueron los años en que se fundó la ciudad de Necochea y algunos pioneros comenzaron a descubrir que las playas, ubicadas a unos tres kilómetros del lugar de fundación, podían convertir a la pujante población en un balneario de características únicas en el país.
Entre aquellos visionarios se encontraba José Marino, un hotelero que en 1887 inauguró en nuestra ciudad el Gran Hotel de la Amistad, en la esquina de lo que hoy es avenida 59 y 64.
Dos años más tarde comenzó a alquilar el hotel El San Sebastián Argentino, fundado por Don Julián Azúa, quien es hoy considerado el pionero del turismo en nuestra ciudad.
En 1896, los Marino compraron La Perla General Díaz Vélez, un hotel de madera, ubicado en avenida 2 y 79, frente al Hotel Necochea.
Pero como la clientela crecía, Marino debió comprar los lotes en 4 y 79, a fin de construir un hotel acorde a la demanda de los veraneantes que en aquella época se instalaban en la ciudad durante varias semanas.
Anchorena, Güemes, Santamarina, Drago Mitre, Klapenbach, Fernández Poblet, Irigoyen, Paglieri, Pinasco, Dobranich, Sahores, Pellerano, Egaña, Cobo, Lavalle, Cullen, eran algunos de los apellidos destacados de aquellos veraneantes de fines del siglo XIX y principios del XX.
Así, en aquella época se levantó la Perla Hotel Marino. El monumental edificio se construyó en tres etapas: en los años 1910, 1929 y 1950.
Hoy, a los 109 años de su construcción, está casi abandonado. Desde hace años, no funciona y la obra que estaba proyectada, no tiene ningún avance notorio.///