Una obra que cambió el perfil de la ciudad
Hace 74 años, el 29 de mayo de 1950, algunos vecinos propusieron construir un monumento al general San Martín. La obra recién pudo concretarse más de una década después
En 1950, año del Libertador San Martín, algunos vecinos se propusieron construir un monumento al prócer. El 29 de mayo de ese año, el Concejo Deliberante sancionó la ordenanza que autorizaba el emplazamiento de una estatua en la rotonda de avenida 59, Diagonal y calle 38.
Para entonces ya se había comenzado a realizar una colecta pública cuyos fondos eran depositados en una cuenta especial en el Banco de la Provincia de Buenos Aires, sucursal Necochea, a nombre de la Comisión Pro Monumento al General San Martín.
A esa colecta popular se sumaron fondos obtenidos en espectáculos cinematográficos, actos culturales y sociales, concursos deportivos y contribuciones del comercio, la industria y los vecinos.
Frente a la tienda Aduriz, que se encontraba en la esquina de 59 y 62, se instaló un termómetro gigante que iba registrando el incremento de los fondos.
Pero pasaron los años y no se recaudaron los fondos necesarios. El 29 de junio de 1959, el Concejo Deliberante sancionó una ordenanza que destinaba los 85.171,15 pesos recolectados hasta el momento a la realización de la estatua del prócer.
Se encomendó la tarea al escultor Franco Fúrfaro, de acuerdo a la aprobación del proyecto por parte del Instituto Nacional Sanmartiniano.
Al mismo tiempo, la ordenanza mencionada autorizaba disponer de otros 35.000 pesos del presupuesto comunal para completar la suma de 120.000 pesos que costaría la obra.
El 30 de julio de ese año se firmó el contrato entre la Municipalidad y el escultor Franco Fúrfaro para la ejecución de la estatua. Cinco meses más tarde la estatua se encontraba en nuestra ciudad.
Sin embargo, debieron pasaron otros tres años para que se instalara en el monumento el cóndor de bronce que simbolizaba el cruce de la Cordillera de los Andes y también el final de la obra anhelada durante años por los necochenses.
¿Quién era Fúrfaro?
Aunque en la actualidad muy pocos recuendan su nombre, Franco Fúrfaro fue uno de los artistas que más ha marcado la geografía necochense. Sus obras se encuentran en lugares estratégicos de la ciudad: la intersección de Diagonal San Martín y avenida 59, la esquina de 58 y 61 y la de 59 y 46.
Las esculturas de Franco Fúrfaro son parte del paisaje necochense. El general San Martín que mira hacia la Villa balnearia desde el monumento de Diagonal y 59 es creación de este artista. También el Irigoyen de 46 y 59 y el busto de Murga.
El escultor también colaboró en la realización del busto al General Necochea que se encuentra en el ex Colegio Industrial.
Fúrfaro había nacido en Calabria, Italia, el 7 de noviembre de 1901. Llegó a nuestro país en 1927 y vivió en La Plata hasta 1969, cuando se mudó a City Bell.
Fue uno de los socios fundadores de la Peña de Bellas Artes de esa ciudad y su trabajo fue distinguido con premios en distintas exposiciones de pintura y escultura.
Uno de los temas escultóricos preferidos de Fúrfaro fue la madre. Realizó una escultura de grandes dimensiones sobre este tema en el Club Atlético City Bell.
También realizó otros monumentos a la madre en la plaza central de Villa Elisa, en Los Hornos y en Berisso.
Entre los grandes monumentos hay dos inspirados en la figura del General San Martín, uno en Magdalena y el otro en nuestra ciudad.
En el Museo de Ciencias Naturales de La Plata también se encuentra una cabeza de indio toba y en la Iglesia San Ponciano de la capital provincial, una imagen de la Virgen María. En City Bell también realizó un busto de Manuel Belgrano, que años después fue destruido.
Durante años, Fúrfaro también trabajó como artista en el Museo Policial de La Plata.
Amigo de Necochea
El artista había iniciado su relación con Necochea en 1937, cuando actuó como jurado del primer Salón de Arte realizado en el Royal Hotel.
Además del monumento al General San Martín y el busto a Irigoyen, también es autor del Discóbolo, que hizo erigir el Club Rivadavia en el cementerio local en homenaje a los deportistas desaparecidos. El busto a Angel Murga también es de su creación.
Además, donó 43 obras de arte a la Municipalidad. “Antes de donarlas a otras comunas, prefiero Necochea”, manifestó Fúrfaro en febrero de 1970, en una de sus visitas. El escultor sugería que las obras donadas podían utilizarse para la fundación de un Museo Municipal como los que existían en otras ciudades turísticas.
El 23 de septiembre de 1980, Ecos Diarios publicó en su página de sociales una nota cuyo título sintetizaba el sentir de los necochenses que habían conocido al artista: “Se fue un amigo de nuestra ciudad”.
“En su residencia de la ciudad de City Bell, cercana a La Plata, ha fallecido un notable representante de la escultura ítalo argentina y gran amigo de los necochenses”, indicaba la nota necrológica. “Fúrfaro amaba esta ciudad con entrañable cariño”, añadía. Unos meses antes el artista había realizado una exposición en el Hotel Marino.///
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