Una olla llena de compromiso: el comedor y merendero "El Buen Sabor" que alimenta a más de 25 familias
En el barrio La Esperanza, desde la organización barrial Hoy Bailaré una vez por semana cocinan y entregan viandas a más de 25 familias.
En una calle de tierra del barrio La Esperanza, conocido también como Campana, hay una casa que no es solo un hogar. Allí, los viernes se cocina y se entregan viandas a más de 25 familias. Al frente está Sabrina Lopes de Alencar Bello, más conocida como “Brazu” o la “Brazuca”, fundadora y directora de una organización que, hace ya diez años, articula actividades culturales, deportivas y sociales con un objetivo claro, que nadie quede solo.
El camino fue difícil. “Tener un comedor es muy difícil, no se basa solo en ganas, sino en compromiso y responsabilidad. A veces te angustia o te desespera que te escriben cada vez más personas", expresó Sabrina.

“Nosotros venimos trabajando desde hace diez años en distintos barrios. El comedor surgió como una respuesta concreta a una urgencia que ya no se podía tapar. Antes hacíamos ollas populares en invierno, pero vimos que era hora de ir más allá: acompañar con viandas semanales. Queremos que las familias puedan comer en su casa, en su mesa, sin perder esa intimidad", explicó “Brazu”.
Hoy, el comedor funciona oficialmente los viernes, con entrega de viandas para más de 70 personas. Y a partir de la próxima semana, también abrirá los sábados al mediodía como comedor para niños. “Hay días que nos supera la demanda. Cada vez son más las familias que nos escriben por WhatsApp para pedir un plato. Nos organizamos, pedimos datos, hacemos listas. Pero lo más difícil no es cocinar, sino decir que no cuando no alcanza”, confesó Sabrina.

La organización "Hoy bailaré" nació como una murga con espíritu social. “Es el motor por el que somos reconocidos. Siempre tuvimos esta idea de que la murga fuera una herramienta de inclusión. En la pandemia hacíamos ollas, roperos, bolsones. Siempre con empatía”, manifestó Sabrina.
Con el tiempo, la murga se convirtió en organización barrial. “Llegó un momento en que dijimos: ‘No somos solo una murga’. Y al nombrarlo, también fue más fácil esclarecer todo lo que hacemos. Desde karate hasta fútbol, pasando por actividades en el Hospital Taraborelli”, comentó.
Y si bien la organización ya logró obtener la personería jurídica para avanzar en su formalización como asociación, todo sigue siendo a pulmón. Viajes a La Plata pagados con “vaquitas”, ollas prestadas, y la fuerza emocional que emerge de una pérdida personal, como la que vivió Sabrina hace poco: “Pensé que no iba a poder seguir, pero hablarlo me mostró que no estaba sola. Este comedor también me sostuvo a mí. Te llena el corazón como te llena el estómago un plato de comida caliente”, expresó emocionada.
Nada de esto sería posible sin el esfuerzo colectivo. Casandra, hermana de “Brazu”, ofrece su casa como espacio de cocina. Sandra, otra pieza clave, prepara los 196 panqueques necesarios para los canelones. Gabriela, la mamá de Sabrina y Casandra, ayuda a Sandra en todo lo necesario para armar las viandas.
En ese contexto, Sandra Ibauza, una de las cocineras del equipo. Con sus propias manos hizo 196 panqueques para los canelones del día. “Yo cocino. Me encanta cocinar”, expresó con orgullo.
“Yo empecé a ayudar porque sé lo que es no tener, pasé muchas necesidades. Me llena saber que algo de lo que hago puede servir a otro. Y lo hago con amor”, manifestó Sandra.
“Es difícil porque cada vez vienen más personas. Hoy tuvimos que decir que no. No alcanzaba. Hice justo lo necesario para 70 y pico de personas. Igual, vamos planificando: la semana próxima son ñoquis, la otra, hamburguesas con puré mixto”, contó.
Su deseo es claro. “Que algún día no existan más comedores, que todos tengan para comer en su casa. Pero mientras tanto, me encantaría tener un lugar donde todos se sienten a la mesa todos los días, no solo los viernes”, finalizó.
Otra de las integrantes fundamentales del equipo es Gabriela Bello, madre de Sabrina y de Casandra. Su rol, dice, es el de ayudante. “Cocinar no me gusta. Pero pelar papa, cebolla... eso sí”, comentó.
Para ella, el momento más importante es el del encuentro con los chicos. “Lo que más me gusta es cuando vienen a buscar la vianda. Yo también soy beneficiaria y es agradable llevar la comida a casa. Lo más importante es que quien venga a buscar la vianda se sienta recibido con cariño. No queremos que nadie pase vergüenza por pedir comida. Acá sos un invitado, no un mendigo”, confesó.
Gabriela destacó también el trabajo familiar. “Es hermoso. Nos divertimos bastante. Es una correría, sí. Pero nunca nos pasó nada grave. Hay nervios, claro, pero siempre algo sale. Y si no alcanza, agregamos fideos”, concluyó.
El comedor funciona los días viernes en 71 bis entre 86 y 84, barrio La Esperanza, y los sábados al mediodía en la Iglesia Jesús Buen Pastor (calle 69 n° 3954).
Las meriendas se sirven martes y miércoles en el mismo barrio, y los jueves en barrio Murga (calle 88 entre 51 y 53).
Para colaborar, se puede contactar a través de las redes sociales de la organización “Hoy bailaré” (Instagram: Hoy Bailare Necochea Quequen) o con Sabrina “Brazu” Lopes de Alencar Bello al 2262-240813.
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