La última sesión del Concejo Deliberante, concretada el pasado jueves, pareció dejar en claro cuál es el sentir de la oposición respecto a la forma en la cual el Departamento Ejecutivo no sólo maneja el dinero público, sino también qué herramientas consideran apropiadas y cuáles no a la hora de gobernar.
Sesión a sesión, pareciera que la oposición ha comenzado a darse cuenta que aquellos 10 votos cantados que Nueva Necochea supo gestionar durante sus primeros 4 años de gobierno ya han dejado de existir y, por ende, la “rosca política” ha vuelto a tener preponderancia en el Cuerpo deliberativo.
El ejemplo más rápido que se nos viene a la mente es lo ocurrido hace poco más de un mes, cuando ante el intento del Ejecutivo para modificar la Ordenanza Fiscal Impositiva, el proyecto debió ser girado a comisión para analizarlo con mayor detenimiento y, luego de algunas modificaciones, finalmente fue aprobado.
Cualquier semejanza con lo que le ocurrió al presidente Javier Milei en la Cámara de Diputados de la Nación, con el primero de los proyectos de la Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, es pura coincidencia… rezaría alguna serie de ficción en las plataformas de streaming.
En la apertura de las sesiones ordinarias, en marzo pasado, el intendente, Arturo Rojas, resaltó nuevamente la política económica llevada a cabo por su gobierno y ratificó que dicha situación llevó a obtener un superávit fiscal en los primeros años de su gestión.
Sin embargo, la crisis económica que atraviesa el país en los últimos años también tuvo su impacto en Necochea y, en 2023, la gestión local tuvo un déficit cercano a los 3 mil millones de pesos.
Si el déficit es “aceptable” o no lo podrá determinar algún economista, teniendo en cuenta ciertas variables económicas y financiera, pero lo cierto es que, en un contexto inflacionario como el argentino, no pareciera ser un número muy elevado.
Ésta, fue una de causas por las cuales el propio jefe comunal decidió recortar su sueldo en un 50% y el de sus funcionarios en un 20, además de congelar el ingreso de personal, con el objetivo puesto en achicar el gasto lo máximo posible para potenciar cada uno de los servicios que el municipio debe prestar.
A las luces de lo votado el jueves pasado, pareciera que a la oposición estas medidas de austeridad no le alcanzó.
En el marco del debate político sobre la Rendición de Cuentas presentada por el concejal oficialista Bartolomé Zubillaga, varios ediles salieron al cruce y criticaron fuertemente algunos gastos dispuestos por Rojas y su equipo durante el año pasado.
La UCR tuvo algunas alocuciones bastante duras para con el Departamento Ejecutivo, al que consideró que “cobra caro, presupuesta, recauda y gasta mal”. Además, Alejandro Bidegain consideró que “este gobierno de Nueva Necochea no tiene planificación a largo plazo”.
Más allá de que el radicalismo votó rechazando el proyecto, sí aprobó la compensación de gastos. Es decir, no aceptó la Rendición de Cuentas, pero sí el hecho de que el Ejecutivo necesitara más dinero para poder solventar sus obligaciones. Una pequeña contradicción administrativa, se podría decir.
El bloque de Unión por la Patria-PJ no se quedó atrás y desde esa bancada cuestionaron el último aumento en las tasas municipales, indicando que “cobra caro, porque no devuelve en obras a los vecinos, y si hay obras en la ciudad es porque son del gobierno provincial”.
Ante estas cuestiones vertidas por los ediles opositores, claramente el documento fue rechazado, ya que sólo logró sumar los 8 votos de sus propios legisladores locales, mientras que los restantes 12 se inclinaron por el rechazo a la propuesta.
Cabe señalarse que esta decisión, es una cuestión más política que administrativa. Será el Tribunal de Cuentas de la Provincia de Buenos Aires el que disponga si esos excesos en los gastos municipales fueron justificados o no, como ocurre todos los años.
En emergencia
La sesión también dejó cuestiones positivas para el Ejecutivo. En un hecho con escasos antecedentes, por mayoría, el Cuerpo aprobó un proyecto para declarar la emergencia en materia sanitaria en tiempo récord. Es que el expediente ingresó al Concejo cerca de las 9 de la mañana del jueves y, comisión de por medio, rápidamente se incorporó al Orden del Día.
El artículo uno del mismo establece el “estado de Emergencia Sanitaria” al “servicio de emergencias de adultos del Hospital Municipal de Necochea “Dr. Emilio Ferreyra” y las Unidades Sanitarias Municipales de las localidades de Ramón Santamarina y Claraz, por el plazo de 90 días corridos a partir de la promulgación de esta ordenanza”.
Esto, se da en el contexto de que quedaron sin efectos los decretos promulgados por el gobierno nacional y provincial por la pandemia de Covi-19 y, por ende, aquellos médicos venezolanos que prestan servicios en nuestro país y, específicamente, en los lugares a los que hace referencia la hoy Ordenanza no cuentan con título habilitante en nuestro país.
Pero esta situación, que en principio parecería tener cierta lógica desde la Secretaría de Salud, también tuvo algunos reproches por parte de la oposición. Es que en su segundo artículo estipula que “para cumplir con los fines de la declaración de emergencia, y por el tiempo que esta dure, el Departamento Ejecutivo está facultado para: a) Racionalizar y reorganizar las estructuras administrativas. b) optimizar recursos humanos. c) ejecutar acciones tendientes a atender sanitariamente a la población del Partido de Necochea mediante la incorporación de nuevas/os médicas/os”.
Para algunos ediles, especialmente los que tienen relación con el sistema de salud municipal, lo que se pretende es prácticamente obligar a los médicos del Hospital y las Unidades Sanitarias a realizar las guardias cuando el Ejecutivo así lo disponga. No hace mucho tiempo atrás, varios profesionales de la salud dejaron de prestar dicho servicio.
Más allá de estas cuestiones planteadas en la sesión, el proyecto finalmente fue aprobado por mayoría y así, el Ejecutivo logró en tiempo record hacerse de una herramienta necesaria para el área de la salud local. Restará saber qué decisión tomarán, ahora, los profesionales de la salud.
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