“Valoro sentirme útil y ofrecer un servicio para mi comunidad”
Aseveró María Lucrecia Larraburu, ama de casa, empleada doméstica y una de las personas que brindan la catequesis en Parroquia Santa Teresita. “Dios nos ama incondicionalmente”, resaltó
Mario Maruca
Redacción
“Para mí, leer la palabra de Dios significa mucho desde hace seis y se trata de dar a conocer cómo vivió Jesús, para llevar esas acciones de bien a lo cotidiano. Es mostrar el amor misericordioso que él brindó al prójimo, saber que te acepta como sos y sin perjuicios”.
Con esa expresión se presentó María Lucrecia Larraburu, nativa de Azul (en el centro de la Provincia de Buenos Aires), pero afincada en Necochea desde hace muchos años, ya que sus padres llegaron a nuestro distrito para trabajar en el campo y en busca de un mejor destino.
María brinda catequesis los domingos a la mañana en la Parroquia Santa Teresita antes de la misa del mediodía y recordó cómo fue que se inició en esa labor.
“Me lo pidió el sacerdote Mario Fernández y él consideró que me iba hacer bien, ya que necesitaban gente para que se haga cargo del grupo de padres, y a través del testimonio de Dios, me siento útil de ofrecer un servicio para mí comunidad religiosa”, añadió Larraburu durante la charla con Ecos Diarios.
“Hay gente que está herida, que a veces cree y en otras no, por eso que pretendo ser como una guía que los orienta y los acerca a ser amigos de Jesús”, reconoció la integrante de la comunidad religiosa de Santa Teresita.
![En la Colecta. Del Pasado sábado, junto a integrantes del grupo solidario](https://cdnartic.ar/UvfGBuVcJyBegqTdn0u21xom7Qs=/1500x0/https%3A%2F%2Fecosdiarioscdn.eleco.com.ar%2Fmedia%2F2024%2F06%2Fen_la_colecta_del_pasado_sabado_junto_a_integrantes_del_grupo_solidario.jpg)
Múltiples funciones
“Soy ama de casa y empleada doméstica, amo mi trabajo, es ayudar a las familias con las que estoy, y en algunos casos, ya llevo más de 10 años con ellas. A su vez, brindo una ayuda económica para mí casa”, asintió la entrevistada.
María recordó que desde hace varios años lleva a cabo su trabajo en viviendas familiares y fue niñera en algún momento, pero también en algún momento desarrolló labores en las temporadas de verano en un hotel de nuestra ciudad.
Sobre el valor de la mujer dentro del núcleo familiar y en el desarrollo de vida, María Lucrecia Larraburu señaló que “veo cada vez más fuertes a las mujeres, son un pilar muy importante. De a poco, pero con paso firme y decidido, se va valorizado la función de la mujer y gana su lugar con respeto y consideración”.
Su vuelco a la religión
En el transcurso del diálogo mantenido con Ecos Diarios, la vecina reconoció su acercamiento a la religión. “Desde muy chica sentí la necesidad de conocer los objetivos de la religión”, enfatizó.
Y añadió que “es una labor que me apasiona y desde hace mucho tiempo estoy en parroquias, cuando me necesitan, saben que estoy, inclusive, cuando vivía en el campo les daba catequesis a los chicos del paraje Las Toscas” (partido de Lobería, sobre la ruta 88).
Recordó al respecto que “llegaba al lugar el padre Miguel López, quien estaba en ese momento en Quequén y nos animaba a seguir adelante, transmitiendo los valores de la palabra de Dios”.
Sobre el particular momento que atraviesa la Iglesia como institución, María consideró que “desde que asumió el Papa Francisco, se observó una mayor apertura. Antes, parecía una entidad más cerrada pero el Santo Padre se encargó de cambiar esos principios anteriores”.
La mujer manifestó al respecto que “que Dios nos ama incondicionalmente, nos hace comprender que cuando parece que no encontramos la solución, él está presente para darnos la mano que precisamos. Nos espera siempre a todos y es misericordioso”.
Perfil
De Azul a Necochea por un mejor futuro
María Lucrecia Larraburu nació en Azul, en el centro de la Provincia y llegó a Necochea junto a su familia en búsqueda de nuevos horizontes.
“Tengo 47 años y vine a Necochea cuando tenía tan solo siete meses de vida, ya que mi papá fue contratado para trabajar a un campo del distrito por un mejor salario”, contó María durante la conversación con Ecos Diarios.
Su familia
“Estoy casada desde hace 20 años, tengo dos hijos, uno de 17 y otro de 12, quienes estudian en la Escuela de Educación Técnica Nº 2 (el ex Industrial) y mi marido trabaja en el campo”, agregó.
Para brindar un apoyo económico a su familia, María trabaja de lunes a viernes en cinco viviendas familiares, durante la mañana y la tarde, a lo largo de ocho horas, aproximadamente.
“Cuando puedo, camino para hacer ejercicio y durante cuatro días a la semana, hago funcional y zumba con una excelente persona como Melina Casarín”, indicó Larraburu al hacer alusión al tiempo libre que le queda.
Por su parte, los miércoles estudia en el Colegio Pío XII para ser Catequista Diocesana, a los fines de capacitarse en otra de las múltiples actividades que desempeña.
“Estoy en el tercer año y feliz de aprender más en esta disciplina, a los fines de estar preparada para transmitir la catequesis a las personas que lo requieran”, concluyó. ////
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión