Viaje al universo de las mascotas de la mano de un educador canino
Jeremías Jaidar contó en “Desde temprano” su experiencia
En un mundo donde la relación entre humanos y animales se vuelve cada vez más profunda, los educadores caninos desempeñan un papel crucial en el desarrollo de vínculos saludables y bien equilibrados entre las personas y sus perros. Entrevistado en el programa “Desde temprano” de Ecos Radio, Jeremías Jaidar, educador canino, nos cuenta los secretos acerca del vínculo entre los perros, sus dueños y los entrenadores.
-¿Qué importancia tiene el vínculo entre el animal y su instructor?
- El “feeling” entre el entrenador y la mascota es el núcleo de cualquier trabajo específico que se vaya a realizar, y lo primero que se trabaja es el vínculo. El instructor tiene que conocer a su animal, tiene que saber cómo es su comportamiento, y en base a eso se van programando distintas actividades o tareas para mejorar el vínculo y la convivencia.
-¿Cómo se mejora la convivencia entre un perro y su dueño?
-El primer paso es hacer una escucha activa con el dueño de la mascota y luego, mediante la evaluación del animal, se determina cuál es la problemática real y, en base a eso, comenzamos a trabajar. Pero, primeramente, hay que ganarse la confianza del animal y la del dueño también, porque muchas veces se proponen cambios radicales en la forma de la convivencia diaria y la persona tiene que estar predispuesta a hacerlo.
-¿Es real ese dicho de que todo animal se parece a su dueño?
-La realidad es que es cierto en parte. Cuando se empieza a mejorar el vínculo, sí, se empieza a ver que el animal se parece mucho al dueño. Sobre todo porque si yo estoy tranquilo o si propongo una buena convivencia, mi mascota va a ser así. Esto es una relación simbiótica: ellos nos dan y nosotros les damos a ellos.
-¿La edad del perro modifica su comportamiento?
-En la mayoría de los casos, la gente me contacta después de los seis meses, cuando el perro entra en la adolescencia. En los perros, todo es más rápido: hasta el año y medio voy a tener un perro adulto joven, saliendo de la adolescencia con un bombardeo hormonal importante. Entonces, estos cambios producen que muchas veces los dueños se encuentren con “otro perro”.
-¿Los perros tienen la capacidad de absorber lo que nos pasa internamente?
-Sin dudas. Cuando el perro se nos acerca porque nos siente mal, nos percibe mal y busca apaciguar esas conductas que tenemos nosotros o ese estado en el que estamos. Alguna forma de hacernos sentir su cercanía es tirarnos el peso encima o querer estar más cerca de nosotros. Y si nosotros no somos receptivos a esas demostraciones de afecto, probablemente el perro se cargue con toda esa energía.
-¿Qué tan real es la inteligencia de los perros?
-La inteligencia que tienen nuestras mascotas es tremenda. Sobre todo, la inteligencia emocional. Nosotros a nuestros animales podemos hablarles, podemos decir que tienen frío, que están pasando por tal o cual situación, pero la parte más importante es tratar de entender su lenguaje corporal, porque ellos no manejan los mismos códigos que nosotros. La clave es centrarse en lo físico, en lo gestual.
-¿Hay algún comportamiento animal que no se pueda modificar?
-Todo es trabajable y modificable. No es que vamos a estar sujetos a tomar decisiones extremas como, por ejemplo, separarse de la pareja porque la mascota no la acepta. Las mascotas no tienen la misma lógica que nosotros, y por eso sus comportamientos son diferentes. Lo importante es no llegar a los extremos y tratar los temas de comportamiento con un especialista.
-¿Cuál es la consulta que más recibís?
-El núcleo de la consulta es mejorar la convivencia con el animal. Por lo general, son situaciones en las cuales el animal no entiende de límites, se adueña de todos los espacios, de todas las situaciones y de todas las personas. Yo siempre trato de explicar que el perro es doméstico, entre comillas, porque si lo largo a la naturaleza, puede sobrevivir tranquilamente. Es decir, si no encuentra límites por parte nuestra, él va a imponer los suyos. Se cambió tanto la concepción sobre las mascotas, que llegamos a un punto donde creemos que permitiéndole todo, el perro nos va a devolver lo mismo, y la realidad es un poco diferente.
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