Jorge Álvaro. De visita a Ecos Diarios
La construcción del puente en la zona portuaria entusiasma al titular del Consorcio. “Como empresa, el Puerto debe seguir creciendo”, dijo. La recuperación de la pesca, entre los planes
En el marco de una visita de cortesía realizada ayer a Ecos Diarios, el presidente del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén, Jorge Álvaro, trazó los primeros ejes de su gestión, donde aparece como uno de los “grandes temas” inmediatos la definición de lo que ocurrirá con la concesión del elevador terminal de granos, que está en manos de la empresa Terminal Quequén y caducará en 2021.
El titular de Puerto Quequén fue recibido por el director y gerente de Ecos Diarios, Jorge Ignacio y Sebastián Ignacio, respectivamente, quienes tras un ameno diálogo le hicieron entrega de los álbumes publicados con motivo de los 120 años de Necochea, por los 30 años de la democracia en la Argentina y por los 90 años de Ecos Diarios.
En el trascurso de una entrevista, respecto a la concesión del elevador, el titular portuario reveló que “tengo que ponerme a estudiar esta cuestión, analizar el contrato. Son palabras mayores y en principio hay que tomar una decisión política si se renovará la concesión o se la licitará de nuevo. De todo lo que he visto hasta ahora, es lo más rápido a atender…”
En lo personal, si bien admitió que “seguramente yo no voy a participar de la negociación en caso de renovarse la concesión”, sobre esa posibilidad opinó que “yo lo prorrogaría no por pocos años, porque nadie va a invertir, pero tampoco por 30 años”.
Alvaro dijo tener una posición ambivalente respecto “al origen del formato de Consorcio público-privado e ideológicamente soy contario, pero hay que ser realista y ver cómo estaba el comercio granario a principios de la década del 90, que no existía, y lo que fue después y ahora”.
Un nuevo puente
Al hacer un balance de su primera semana al frente de Puerto Quequén, el funcionario precisó que “llegué sabiendo que se trata de una empresa con superávit y eso brinda una tranquilidad enorme. De todas maneras, debe seguir creciendo en su rentabilidad y productividad y a eso apuntaré, a algo dinámico”.
Concatenado a esta postura, Álvaro ya está analizando las carpetas de los proyectos en marcha, y no disimuló su entusiasmo por la construcción de un puente que reemplace al derrumbado Ezcurra.
Sobre el tema especificó que “se podría contar con el aporte de los jugadores económicos ligados al Puerto, que también se van a beneficiar con el puente. Es un proyecto de 10 millones de dólares, pero factible”.
Luego apuntó que “algo hay que hacer con la plata del Puerto y por estatutos hay que invertirla adentro, en obras. Ya se hizo el dragado a través de un fideicomiso. ¡Por qué no aplicarlo para el puente!”
Contenedores, ferrocarril y pesca
El dirigente azuleño también aspira a lograr la diversificación de las cargas en el puerto local con la operatoria con contenedores; la recuperación del ferrocarril, que está íntimamente vinculado a lo anterior; y “para más adelante” de la actividad de la pesca, que brindó en su momento centenares de puestos de trabajo. En este caso la construcción del proyectado muelle de 200 metros también integra el plan de obras.
En otro orden si bien resaltó que “no está directamente vinculado al Puerto”, adelantó que “por tratarse de algo que está adelantado”, colaborará con gestiones “para que se acepte el crédito que le permita a la Usina ampliar su planta transformadora” y dotar de mayor potencia eléctrica a Quequén. “Es algo que está muy avanzado, falta el último empujón y a mí no me cuesta nada ayudar…”
Puerto-Ciudad
El presidente de Puerto Quequén ratificó la continuidad de la integración con la ciudad, obras mediantes, entre ellas el asfaltado de calles en el sector del Hospital Irurzun y escuelas quequenenses, aunque resaltó que “mientras dure la pandemia, todos los esfuerzos del Puerto hacia la comunidad estarán dirigidos hacia la salud. Lo otro tiene que ver con la política, mostrarse, y en lo personal quiero que se me perciba como una persona de trabajo en grandes cosas”.
En el plano de su nueva función, lo acompañan tres personas de su confianza, que trajo de Mendoza, y confirmé “la continuidad de Oscar Morán como gerente general”, quien ha sido su guía en el desembarco en Puerto Quequén. Asimismo ha ordenado una auditoría del periodo 2019-2020, para “dejar en claro lo que encontré. Por lo pronto yo vengo a trabajar cada día de 9 a 17 en lo que me compete, que es el Puerto, y recién después de esa hora haré política”.
Balance con Kicillof
Mientras se interioriza sobre los planes de Puerto Quequén y perfila sus ideas, el titular del Consorcio tiene el compromiso que al mes del inicio de su gestión se reunirá con el gobernador Axel Kicillof, “donde le daré un panorama. Le llevaré las carpetas y las estimaciones económicas, para que él tome las decisiones”.
En el final del diálogo con Ecos Diarios puntualizó que “estoy ante el último desafío fuerte de mi vida pública. Pero soy un apasionado y me siento capacitado, ya que tengo seguridad en cómo manejar una empresa, como lo es el Puerto, y mi historia de conocimiento de la política”.
“Es una ciudad tranquila”
La relación de Jorge Álvaro con Necochea no había sido fluida, hasta ahora. “La conocí en 1960 y luego recién vine en el 73 o 74, solo para conocer el Casino; quería ver con mis ojos de qué se trataba”, confesó.
En sus pocos días de estancia en nuestra ciudad dice “haber recorrido poco aún”, pero opinó que “la veo limpia, tranquila, un lugar agradable para vivir. Cuando fui diputado tenía que ir a Buenos Aires y sufría, pensé al venir que podría sentir algo de eso, preguntándome qué haría los fines de semana, pero ya pasé dos y me he sentido muy bien”.
Para no romper su ligazón con la naturaleza, Álvaro está residiendo en un departamento frente al mar. “Pedí que fuera así”, manifestó.
Militante, empresario y temperamental
Jorge Álvaro nació en Azul en 1948 y cuando tenía 16 años, junto a sus padres y hermano, se radicó en Mar del Plata, para luego ir a estudiar arquitectura a La Plata. “Cuando transitaba el cuarto año empecé mi militancia en política y en noviembre del 74 caí preso, situación en la que estuve hasta el 23 de septiembre de 1983. Con ese tiempo transcurrido ya no retomé los estudios, mientras que mi esposa sí se había recibido, y decidimos radicarnos en Lunlunta, departamento de Maipú (Mendoza), provincia de donde es ella”.
Entre 1984 y 2014, Álvaro forjó una empresa vinculada a obras eléctricas, y es padre de tres hijos (un varón de 45 y dos mujeres, de 34 y 28), a la vez que tiene un nieto: Fausto. “Empecé con una escalera de madera y una bicicleta con la que iba a hacer trabajos y llegué a tener 20 empleados”, resumió sobre su actividad laboral.
El “bichito” de la política
Su relación con la política, abonando a las ideas peronistas, empezó en sus tiempos universitarios, compartiendo militancia en la capital provincial junto a Néstor Kirchner y el tresarroyense “Cuto” Moreno, entre otros. “Por las urgencias laborales y económicas me alejé de todo en 1985, aburrido, sin estímulos. Cuando salí de la cárcel tenía muy en claro que había participado de un emprendimiento político que había fracasado…”, relató.
Veinte años después su escepticismo respecto a la política empezó a romperse, cuando un amigo le llamó y le dijo: “Lupin (por Kirchner, que era el Presidente) sabe que estás en Mendoza y te va a convocar…”
Álvaro reveló que “nunca me gustó pedir y tampoco nunca aspiré a ser funcionario. Lo mío por entonces era trabajar y producir”. Sin embargo llegó un llamado sorpresivo de “Cuto” Moreno, invitándolo a la Casa Rosada para hablar con Kirchner. Tras una charla de dos horas en mayo de 2005, fue invitado en junio a integrar la lista peronista de diputados para las legislativas de ese año. “Esa vez no me tocó entrar, pero en 2007 y hasta 2011 fui diputado de la Nación por la lista de la Concertación en la fórmula Cristina-Cobos”, recordó, para contar con una sonrisa: “Esos fueron mis únicos años de sueldos del Estado y ahora, que no sé lo que cobraré…”
El apodo
El apodo de “Pampa” se lo puso un compañero de la secundaria, que cursó en Mar del Plata, alegando que venía de Azul, que “para él era La Pampa, pero también tiene que ver con mi temperamento, cuando me paso de rosca…”///