Volvieron los diplomáticos argentinos echados de Venezuela: “Una noche pensamos que podía pasar lo peor”
El contingente llegó a Ezeiza tras un periplo de 36 horas. Fueron recibidos por el vicecanciller Sahores.
Fueron 36 horas agotadoras que se agregaron a las 72 horas previas cargadas de dramatismo y tensión. Los diplomáticos argentinos que fueron expulsados por la dictadura de Nicolás Maduro llegaron esta madrugada a Ezeiza, tras un extenso periplo que los llevó de Caracas a Brasil, de allí a Lisboa, luego a Madrid y, finalmente, a Buenos Aires. “Tuvimos que desarmar un vida entera en tres días”, contó el encargado de Negocios, Andrés Mangiarotti, apenas aterrizó.
La delegación de 12 personas -otros dos venían en otro vuelo- arribaron a las 3.20 de la madrugada a la estación aérea bonaerense y el relato que transmitieron sobre los últimos episodios antes de poder salir de territorio venezolano puso dimensión de lo que tuvieron que vivir los últimos días, después que el régimen de Maduro y Diosdado Cabello ordenaron la expulsión y el cierre de la embajada, furiosos porque el presidente Javier Milei había desconocido el triunfo en las elecciones fraudulentas del domingo pasado.
Al arribar al país, fueron recibidos por el vicecanciller Leopoldo Sahores, que desde el inicio de la semana estuvo a cargo de todo el operativo para replegar a los diplomáticos expulsados, como así también de la negociación para que el gobierno brasileño de Luiz Inacio Lula Da Silva -con quien Milei tiene un enfrentamiento personal- acepte extender su representación a los intereses argentinos en Venezuela. Esa decisión, que se concretó tras el izamiento de la bandera de Brasil en la residencia del embajador y la embajada argentina en Caracas, permitió mantener la protección de seis dirigentes opositores asilados.
Al aeropuerto internacional de Ezeiza llegaron, además de Mangiarotti, la jefa de la sección comercial, Bárbara van der Nest Aubert y el jefe de la sección consular, Tomás Gibson, María Silva De Andrés, Ezequiel y David Fournier, Natasha Loizou, Horacio, Leonardo y Fedra Muzzi, y Andrés y Triana van der Nest Aubert Casas. En otro avión, se embarcaron Santiago Valle y Norberto Fernández. Catorce personas, en total, que cumplían funciones diplomáticas y consulares que fueron expulsadas por la dictadura venezolana.
“Había controles policiales en la residencia. Fueron días bastante tensos. Los últimos días dormimos tres horas porque había que abandonar el país. Eran casas que había que cerrar, chicos que había que sacarlos de los colegios, autos y cosas que vender”, contó Mangiarotti.
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